La Aventura de Majo y Matias en La Despensa



Era un día especial para Majo y Matias, dos amiguitos de tres años que estaban muy emocionados porque iban a ir al teatro 'La Guarida del Zorro'. El teatro estaba en un lugar misterioso llamado 'La Despensa'.

- ¡Majo! ¿Estás lista para nuestra aventura? -dijo Matias, moviendo sus manitas con emoción.

- ¡Sí! Quiero ver al payazo Filipo y su gran espectáculo -respondió Majo, saltando de alegría.

Para llegar a 'La Despensa', decidieron usar la bicicleta de Majo, que tenía una carretilla atada detrás. En la carretilla llevarían un bocadillo muy especial: pan de chocolate que su mamá les había preparado.

Mientras pedaleaban, el sol brillaba, pero al llegar a una esquina, se encontraron con una calle oscura y tenebrosa que daba miedo. El viento soplaba fuerte y los árboles parecían susurrar secretos.

- Uhhh... ¿te parece que deberíamos seguir? -preguntó Matias, temblando un poquito.

- Claro que sí, juntos no hay nada que temer -aseguró Majo con una sonrisa valiente.

Comenzaron a pedalear despacito, mientras escuchaban ruidos extraños. Entonces, de entre las sombras, apareció una figura. Era Rosa, la gata aventurera.

- Hola, pequeños. ¿Van al teatro? -dijo Rosa, estirando su patita.

- Sí, estamos buscando al payazo Filipo -respondió Matias, sintiéndose un poco más valiente.

- Yo sé dónde está, pero antes tendrán que ayudarme a encontrar mi collar perdido -dijo Rosa, meneando su cola.

Majo y Matias aceptaron ayudarla. Juntos buscaron bajo los arbustos, en el parque y en los lugares más inesperados.

- ¿Quizás está detrás de esa piedra? -sugirió Majo, y empezaron a investigar. ¡Y sí! Encontraron el collar de Rosa.

- ¡Gracias! Ahora vayan por ese camino que lleva al teatro, encontrarán al payazo Filipo -dijo Rosa, feliz por tener su collar de vuelta.

Los pequeños siguieron pedaleando, pero el paseo no terminó ahí. De repente, un misterioso viento sopló y el cielo se oscureció. Aparecieron sombras y figuras extrañas. Era un grupo de duendes juguetones.

- ¡Hola! -gritaron los duendes-, venimos a jugar un juego. Si adivinan qué hay dentro de nuestro sombrero, podrán pasar.

- ¡Sí! ¡Queremos jugar! -dijeron los bebés con energía.

Los duendes abrieron su gran sombrero y comenzaron a gritar pistas misteriosas:

- Tiene orejas largas, le gusta saltar y come zanahorias...

- ¡Un conejo! -gritaron al unísono Majo y Matias.

Los duendes los miraron sorprendidos y sonrieron:

- ¡Correcto! Pueden pasar. ¡Pero desconfiamos de los grandes! -dijo uno de los duendes guiñando el ojo.

Ya estaban muy cerca del teatro, pero antes decidieron detenerse en una pequeña mesa donde un vendedor ofrecía pan de chocolate.

- ¡Quiero uno, por favor! -pidió Matias.

- ¡Y yo también! -agregó Majo con sus ojitos brillantes.

Comieron con gusto mientras reían y contaban la aventura que habían vivido hasta ese momento.

Finalmente, llegaron a 'La Guarida del Zorro', donde había muchos niños y el payazo Filipo ya estaba listo para comenzar su show.

- ¡Miren! -dijo Majo, señalando al payazo, vestido de colores brillantes.

- ¡Es el payazo Filipo! -gritaron al mismo tiempo, llenos de alegría.

El espectáculo fue maravilloso, con risas y juegos que los hicieron olvidar por completo el camino tenebroso y las sombras. Majo y Matias aprendieron que a veces, enfrentar los miedos trae recompensas maravillosas, como una aventura llena de sorpresas.

Al final del día, los pequeños regresaron a casa en su bicicleta, cansados pero muy felices, comiendo pan de chocolate y prometiendo volver a vivir más aventuras juntos.

FIN.

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