La aventura de Manu y Cali en el zoologico
Manu estaba emocionada porque iba a visitar el zoológico. Sus padres le prometieron que podrían pasar todo el día mirando a todos los animales. Esa noche, Manu apenas podía dormir de la emoción, pero lo que no sabía era que esa aventura traería consigo una gran sorpresa.
Cuando finalmente llegaron al zoológico, Manu y sus papás comenzaron a recorrer cada rincón del lugar. Cali, la gata de Manu, se encontraba escondida en su bolsa, ya que no quería quedarse sola en casa. Manu estaba fascinada con los leones, los elefantes, los tigres y todos los animales que veía. Pero de repente, cuando se detuvieron a ver a los monos, sintió un pequeño tirón en su bolsa. Al mirar hacia abajo, se dio cuenta de que Cali había salido corriendo y se había perdido entre la multitud.
Manu comenzó a sentirse desesperada y llorosa. No sabía qué hacer. Corrió en todas direcciones buscando desesperadamente a su querida Cali. Después de un rato, se dio cuenta de que no la encontraba por ningún lado. Fue entonces cuando una idea brillante cruzó su mente. Recordó que una vez su abuelita le dijo que 'Para encontrar a alguien, a veces hay que pensar como lo haría esa persona'. Entonces, Manu se puso en los zapatos de Cali, y pensó, '¿A dónde iría si estuviera asustada en un lugar extraño?'
Manu recordó que los gatos son muy asustadizos, y se les dificulta encontrar el camino de regreso a casa si se pierden. Entonces decidió ir a buscar a los encargados del zoológico y pedirles ayuda. -Hola, señor, por favor, ¡mi gatita se ha perdido en el zoológico! ¿Me podría ayudar a encontrarla? - exclamó Manu con una vocecita que apenas se escuchaba. -Por supuesto, pequeña. Vamos a buscar a tu gatita juntos. - respondió el amable encargado.
Manu y el encargado comenzaron a buscar en cada rincón del zoológico. Pasaron por el área de los reptiles, el aviario, el acuario y todos los demás lugares donde podría esconderse Cali. Finalmente, cuando estaban a punto de rendirse, escucharon un pequeño maullido proveniente de la zona de los monos. Rápidamente corrieron hacia allí y encontraron a Cali escondida detrás de un árbol. Cali estaba asustada, pero al ver a Manu y al encargado, salió corriendo hacia Manu y se abrazaron con alegría.
Manu agradeció al encargado por su amable ayuda y prometió que nunca más llevaría a Cali al zoológico, pues era un lugar muy grande y aterrador para una gatita. Desde ese día, Manu aprendió que es importante estar atento a las mascotas y que siempre es bueno pedir ayuda a los adultos cuando nos encontramos en problemas. Y aunque Manu disfrutó mucho el resto del día en el zoológico, lo mejor de todo fue regresar a casa con su querida Cali a salvo en sus brazos.
FIN.