La Aventura de Mark y Crisiano en el Cielo



Era un hermoso día en el que el sol brillaba y las nubes marchaban tranquilas en el cielo. Mark, un chico curioso, estaba afuera jugando con su cometa, cuando de repente, escuchó un sonido extraño. Miró hacia arriba y vio a un pequeño pájaro amarillo volando en círculos desesperadamente.

- ¿Qué te pasa, pajarito? - preguntó Mark.

- ¡Ayuda! ¡Perdí mi camino! - chilló el pájaro con su tierna voz.

- No te preocupes, te ayudaré - respondió Mark decidido.

En ese momento, justo cuando el pajarito aleteó sus alas y parece que se iba a caer, apareció Crisiano, el amigo de Mark, con una sonrisa radiante.

- ¡Hola, Mark! ¿Qué está pasando aquí? - preguntó Crisiano al ver el pajarito.

- Este pajarito está perdido. Vamos a ayudarlo a encontrar su hogar - dijo Mark, lleno de entusiasmo.

Los dos amigos siguieron al pajarito y, para su sorpresa, un camino de nubes apareció frente a ellos. Mirándose uno al otro, decidieron seguir adelante.

- ¡Vamos, Mark, parece que estamos volando! - exclamó Crisiano, mientras ambos se adentraban en el camino de nubes.

Al instante, una sutil música de risas y cantos les rodeó. Ellos volaron por encima de las montañas, a través de los arcoíris y saludaron a las estrellas.

- ¡Mirá, Crisiano! - dijo Mark señalando hacia un castillo brillante en el cielo.

- ¡Tiene pinta de ser el hogar del pajarito! - contestó Crisiano emocionado.

Al llegar al castillo, los amigos fueron recibidos por una familia de pájaros. El pájaro amarillo, feliz, les dijo:

- ¡Gracias por ayudarme! Mis padres estaban preocupados. ¡Este es mi hogar! - cantó, lleno de alegría.

- A veces, ayudar a un amigo puede llevarte a lugares mágicos - dijo Mark, mientras los pájaros cantaban en coro.

Pero pronto, el cielo comenzó a oscurecerse. Una nube oscura apareció y empezaron a caer gotitas de lluvia, aunque no era normal...

- ¡Oh no! ¡Con esta lluvia, quizás no podamos volver a casa! - gritó Crisiano.

- ¡No te preocupes! - dijo Mark, intentando mantener la calma. - Quizás solo necesitemos pensar en soluciones.

Ambos amigos se pusieron a pensar. Crisiano miró el castillo y se le ocurrió una idea:

- ¿Qué tal si pedimos ayuda a los pájaros? Ellos conocen este lugar mejor que nosotros.

Mark asintió con la cabeza y rápidamente se acercaron a la familia de pájaros.

- ¿Pajaritos, podrían ayudarnos a volver a casa? - preguntó Mark.

Los padres respondieron juntos:

- Claro que sí. Pero primero, necesitamos que nos ayuden a organizar una carrera en el cielo. ¡Así podremos todos divertirnos y olvidarnos del mal tiempo!

Mark y Crisiano se mostraron sorprendidos pero felices. Se pusieron manos a la obra organizando la carrera, ayudando a los pájaros a dibujar líneas de llegada y a colocar banderas hechas de nubes.

La carrera comenzó: los pájaros, ayudados por Mark y Crisiano, volaron a través de la lluvia. Todos reían y se animaban.

- ¡Apurense, muchachos! - gritó Crisiano, saltando de emoción.

Pero algo increíble sucedió. La risa y la alegría de la carrera hicieron que las nubes oscuras se disiparan poco a poco, y el cielo se llenó nuevamente de luz.

Cuando la carrera terminó, un hermoso arcoíris apareció, y el pajarito amarillo, con lágrimas de gratitud en sus ojos, les dijo:

- ¡Gracias! Ustedes son los mejores amigos que un pájaro podría tener.

Mark y Crisiano se despidieron con una sonrisa, y el pajarito los llevó hasta la puerta del castillo.

- Ahora los ayudaré a volver a casa - prometió el pájaro, y juntos se elevaron por el cielo llenando todo de luz y alegría.

Finalmente, después de un mágico viaje, Mark y Crisiano regresaron a su lugar. Mirando hacia el cielo, levantaron sus brazos y sonrieron.

- ¿Ves? Cuando ayudás a otros, siempre hay recompensas increíbles.

- ¡Sí! Y hoy aprendimos que siempre debemos estar juntos, sin importar el clima - dijo Crisiano.

Desde ese día, Mark y Crisiano nunca dudaron en ayudar a los demás y siempre encontraban aventuras donde menos lo esperaban, aprendiendo que la verdadera amistad puede iluminar incluso los días más oscuros.

FIN.

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