La aventura de Martina y la vaca Violeta


Una mañana radiante, Martina se despertó emocionada porque era su cumpleaños. Saltó de la cama y corrió al jardín, donde su mamá había plantado hermosos jazmines blancos.

Martina los olió y sonrió, feliz de comenzar su día rodeada de tanta belleza. Pero de repente, el cielo se oscureció y una tormenta comenzó a formarse en el horizonte. Martina se preocupó, ¿arruinaría la tormenta su tan esperado cumpleaños?"Mamá, ¿crees que la tormenta arruinará mi día?" preguntó Martina con tristeza.

"No te preocupes, cariño," respondió su mamá, "un poco de lluvia nunca arruina un buen cumpleaños".

De repente, un relámpago iluminó el cielo y en el campo vecino, Martina vio a Violeta, la vaca de la granja, corriendo asustada.

Sin dudarlo, Martina salió corriendo hacia el campo, decidida a ayudar a Violeta. La vaca se había enredado en una cerca y no podía liberarse. Martina, con valentía, se acercó a Violeta y la acarició suavemente, hablándole con cariño para calmarla.

Poco a poco, Violeta se tranquilizó y Martina logró desenredarla. Juntas, corrieron de regreso a la casa, justo a tiempo para refugiarse de la tormenta.

Después de la lluvia, el sol volvió a brillar y los jazmines perfumaron el aire.

La mamá de Martina preparó una rica torta de cumpleaños y toda la familia celebró junto a Violeta, la vaca rescatada.

Martina entendió que la verdadera felicidad estaba en ayudar a otros y que un poco de lluvia nunca opacaría un día especial. Desde ese día, Martina y Violeta se volvieron inseparables, disfrutando juntas de cada radiante mañana.

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