La aventura de Martina y Tomás



Martina y Tomás vivían en un mundo extraño, lleno de pequeñas pesadillas que aparecían en cada rincón. Eran sombras que se escondían en los armarios, monstruos debajo de la cama y susurros que los perseguían por la noche. Pero Martina y Tomás no se rendían ante el miedo, ellos eran valientes y decidieron emprender una gran aventura para escapar de ese mundo aterrador.

Una mañana, mientras jugaban en el parque, encontraron un viejo mapa que mostraba la ruta hacia la salida del mundo de las pesadillas. Emocionados, decidieron emprender el viaje. "¿Crees que podremos lograrlo, Martina?" -preguntó Tomás con una mirada llena de determinación. "¡Claro que sí! Juntos somos invencibles" -respondió Martina con una sonrisa. Así que, tomados de la mano, se adentraron en la primera etapa de su aventura.

En su camino se enfrentaron a pequeños duendes traviesos que intentaban desviarlos del camino, pero Martina y Tomás, llenos de astucia, lograron esquivar sus trampas. Luego, se toparon con un laberinto de espejos que reflejaban sus peores temores, pero con valentía lograron reconocer su verdadero yo y continuaron adelante.

Finalmente, llegaron al puente custodiado por un monstruo gigante que les bloqueaba el paso. Martina, llena de ingenio, le propuso al monstruo un trato: si lograban hacerlo reír, les permitiría cruzar. Así que con chistes, juegos de palabras y payasadas, lograron sacar una gran carcajada del monstruo, quien, cumpliendo su palabra, los dejó pasar.

Al final del camino, encontraron una puerta gigante, la salida del mundo de las pesadillas. Tomás tomó aire profundamente y empujó la puerta con fuerza. Al abrirla, una cálida luz los envolvió, disipando todas las sombras y susurros que los habían atormentado. Salieron al mundo real, donde el sol brillaba y las risas de los niños resonaban. Martina y Tomás se abrazaron, felices de haber superado su gran aventura. "¡Lo logramos, Martina!" -exclamó Tomás, radiante de felicidad. "Sí, juntos podemos lograr cualquier cosa" -respondió Martina, con los ojos brillando de emoción.

Desde ese día, Martina y Tomás supieron que, con valentía, ingenio y trabajo en equipo, podrían superar cualquier obstáculo, por pequeño o grande que pareciera. Y así, cada vez que enfrentaban una situación difícil, recordaban su gran aventura y encontraban la fuerza para seguir adelante.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!