La Aventura de Maxi y la Regla Mágica



Era un hermoso día en la ciudad de Buenos Aires. Maxi, un niño curioso y lleno de energía, estaba en su casa jugando con su regla. Su regla no era una regla común, ¡era una regla mágica que podía medir cualquier cosa! , pero tenía un pequeño problema: solo medía en longitud. Un día, mientras jugaba en el parque, Maxi se encontró con su amiga Sofi, que estaba tratando de saber cuán largo era el tobogán del parque.

"¡Hola, Sofi! ¿qué haces?" - preguntó Maxi.

"¡Hola, Maxi! Estoy tratando de averiguar cuánto mide el tobogán. Pero no tengo una regla" - respondió Sofi, frustrada.

Maxi decidió ayudar a Sofi. "Yo tengo mi regla mágica. ¡Vamos a medirlo juntos!" - dijo emocionado.

Así que los dos se acercaron al tobogán. Pero cuando Maxi sacó su regla, se dio cuenta de que le faltaba un pedacito. "¡Oh no! Mi regla mágica tiene un pequeño defecto, ¡no mide más de 2 metros!" - exclamó Maxi, preocupado.

Sofi pensó por un momento y tuvo una idea. "Podemos usar otros objetos para medir el tobogán, Maxi. ¡Miremos a nuestro alrededor!" - sugirió.

Entonces comenzaron a buscar cosas para medir: una cuerda, un palo y hasta algunos pasos de Sofi. "Contemos cuántos pasos necesitamos para llegar al final" - propuso Sofi.

"Buenísima idea" - dijo Maxi entusiasmado. Contaron los pasos mientras medían y al final, usando los objetos, llegaron a la conclusión de que el tobogán medía 6 pasos.

"Ahora sabemos que el tobogán mide 6 pasos, pero ¿cuánto es eso en metros?" - preguntó Maxi. Sofi se sonrió. "¿Te acordás que un paso promedio mide alrededor de un metro? Entonces el tobogán mide aproximadamente 6 metros" - explicó.

Maxi, fascinado con el resultado, exclamó: "¡Increíble! Ahora vamos a medir otras cosas. ¡Podemos medir la distancia hasta el árbol más grande del parque!" - propuso.

Sofi y Maxi se dirigieron hacia el árbol. Al llegar, Maxi se dio cuenta de que su regla mágica había dejado de funcionar. "¡Qué mal! Ahora no tengo forma de medirlo" - se quejó.

"No te preocupes, podemos hacer lo mismo. Contemos cuántos pasos necesitamos" - respondió Sofi.

Ambos contaron nuevamente y se dieron cuenta de que necesitaban 10 pasos para llegar al árbol. Entonces, Maxi empezó a contar. "Uno... dos... tres... ¡Diez! ¡Perfecto! Entonces, el árbol medirá 10 metros de distancia desde el punto en el que comenzamos".

Pero, de repente, mientras seguían midiendo, se dieron cuenta de que el sol comenzaba a esconderse. "¡Oh no! Se está haciendo tarde y no tenemos tiempo para medir más cosas" - exclamó Maxi.

Sofi se le ocurrió otra cosa. "¡Apostemos a que podemos medir la longitud de nuestra amistad antes de irnos a casa!" - dijo con una sonrisa pícara.

"¿Y cómo hacemos eso?" - preguntó Maxi, intrigado.

"Visitemos a todos nuestros amigos del parque y les pedimos que nos den 1 abrazo. Luego sumamos todos los abrazos y cada abrazo será un metro" - sugirió Sofi, emocionada.

Así que juntos comenzaron su nueva aventura, abrazando a todos los niños del parque. Al final, gracias a su energía y entusiasmo, reunieron 15 abrazos.

"¡Nuestra amistad mide 15 metros!" - gritó Maxi con alegría.

"¡Es inmensa!" - rió Sofi.

Al final del día, ambos aprendieron que la longitud no solo se mide con una regla, sino también con momentos inolvidables que compartimos con los amigos.

"Cada abrazo cuenta y hace nuestra amistad más larga" - reflexionó Sofi.

"¡Sí! ¡Y podemos seguir midiendo nuestras aventuras juntos!" - agregó Maxi, sonriendo feliz.

Y así, Maxi y Sofi volvieron a sus casas con el corazón lleno de alegría, sabiendo que cada día era una nueva oportunidad para medir la magia de su amistad.

FIN.

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