La Aventura de Meli, la Manzana



Era una hermosa mañana en el huerto, donde las frutas y verduras crecían felices y sanas. En el centro del huerto, colgaba una linda manzana roja llamada Meli. Meli era querida por todos los habitantes del huerto por su dulzura y color vibrante. Sin embargo, había algo que le preocupaba.

Un día, mientras conversaba con sus amigos, un grupo de niños pasó cerca del huerto. Se asomaron con sus bocadillos poco saludables: papas fritas, galletitas y bebidas azucaradas.

"¡Mirá! ¡Los niños están de nuevo comiendo esas cosas tan poco saludables!" - dijo Meli, con un suspiro.

"¡Es una pena! No saben lo delicioso que es comer frutas y verduras frescas!" - respondió una zanahoria curiosa llamada Carlitos.

Meli decidió que era momento de actuar. Con una vocecita alegre dijo:

"¡Tengo una idea! Vamos a invitarlos a una fiesta en el huerto y les mostraremos lo que se están perdiendo. ¡Les hablaré sobre la importancia de comer sano!"

Todos se entusiasmaron con la idea, así que comenzaron a organizar todo. Meli se encargó de preparar una mesa infinita de frutas jugosas, verduras de diferentes colores y recetas saludables.

Cuando llegó el día de la fiesta, los niños entraron al huerto intrigados por los aromas tan agradables.

"¿Qué es todo esto?" - preguntó una niña llamada Sofía, mirando con curiosidad.

"¡Bienvenidos a nuestra fiesta saludable!" - exclamó Meli, deslizándose hacia ellos.

"Yo soy Meli, la manzana, y hoy quiero mostrarles lo ricas que son las frutas y verduras. ¡Vamos a jugar y aprender al mismo tiempo!" - dijo con emoción.

Los niños, curiosos, comenzaron a probar las maravillas del huerto. Un niño, llamado Tomás, respondió al probar una fresa:

"¡Wow! ¡Esto está riquísimo! Nunca pensé que las frutas podrían ser tan sabrosas."

"Así es, Tomás. Las frutas y verduras son súper importantes para tener energía y crecer sanos. Además, ¡son como pequeños regalos de la naturaleza!" - explicó Meli mientras les mostraba cómo hacer una ensalada de frutas.

Los niños se divertían muchísimo, pero de repente, una niña se atragantó con una uva. Por un momento, todos se preocuparon. Meli, con mucha sabiduría, les dijo:

"Recuerden, amigos, ¡hay que masticar bien! Es parte de comer sano. ¡Pero estoy feliz de que estén disfrutando!"

Así, mientras Meli compartía sus conocimientos sobre la importancia de una buena alimentación, los niños comenzaron a comprender que comer sano no sólo les traía energía, sino que también era delicioso y divertido.

A medida que se pasaba la tarde, los niños se sintieron inspirados y comenzaron a hablar entre ellos sobre lo que habían aprendido.

"Creo que quiero traer frutas en vez de dulces a la escuela, ¡se siente genial!" - comentó Sofía.

"¡Sí! ¡Y también creo que voy a hablarle a mi mamá de hacer ensaladas!" - añadió Tomás.

Desde ese día, los niños visitaron el huerto con frecuencia y Meli se convirtió en su maestra. Juntos organizaron una "Semana de la Fruta y Verdura" en la escuela.

Y así, con cada visita, la pequeña manzana roja logró transmitir a los niños la importancia de la alimentación sana, y cómo las frutas y verduras podían ser parte de sus vidas diarias de una manera divertida.

El huerto floría y los niños estaban más alegres y saludables. Meli, la manzana, brillaba como nunca, sabiendo que había dejado una huella en sus corazones.

FIN.

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