La Aventura de Merceditas y Félix



Había una vez, en un lejano país lleno de flores de colores brillantes, una mamá mariposa llamada Margarita y su pequeña hija, Merceditas. Merceditas era muy curiosa y siempre soñaba con grandes aventuras, volando de aquí para allá en su jardín lleno de maravillas.

Un día, Margarita decidió que era hora de que Merceditas tuviera un compañero de juegos. Después de pensarlo mucho, decidió adoptar a un perrito llamado Bombón, quien había estado buscando un hogar.

"-¡Mirá Mamá, qué lindo es Bombón!", exclamó Merceditas emocionada al ver al pequeño perrito.

"-Sí, querida, pero recuerda que necesitamos cuidarlo y enseñarle a ser un buen perrito", respondió Margarita sonriendo.

Con Bombón comiendo felices juntos, decidieron salir a pasear y explorar el bosque cercano. Mientras recorrían el sendero, Merceditas volaba de un lado a otro, disfrutando del aire fresco, mientras que Bombón saltaba detrás de ella.

De pronto, Merceditas vio algo brillante entre las ramas de un árbol.

"-¡Mamá, mira eso!", gritó Merceditas. Corrió hacia el árbol y se detuvo frente a un objeto brillante que resultó ser una hermosa piedra preciosa.

"-¡Guau, es espectacular!", ladró Bombón.

"-¿Deberíamos llevárnosla?", preguntó la mariposa.

"-No sé, tal vez alguien más la esté buscando", replicó Bombón con curiosidad.

Decidieron dejar la piedra y continuar su paseo, porque les parecía justo que si había pertenecido a alguien, ese alguien debería encontrarla.

Al poco tiempo, se encontraron con un grupo de animales del bosque. Había un conejito, un mapache y un pato.

"-Hola, ¿ustedes han visto una piedra preciosa brillante?", preguntó el conejito con ansiedad.

"-Sí, la vimos, pero decidimos no quedárnosla. Pensamos que podría ser de alguien más", explicó Merceditas.

"-¡Esa piedra es muy importante para mí! La guardo como un tesoro de mi familia!", dijo el conejito con lágrimas en los ojos.

"-Lo siento mucho, pero la dejamos ahí, bajo el árbol. Si quieres, te acompañamos a buscarla", ofreció Margarita.

El conejito sonrió y asintió. Todos juntos regresaron rápidamente hacia el árbol.

Al llegar, la piedra aún estaba allí, brillando con la luz del sol. El conejito dio un salto de alegría al ver su tesoro.

"-¡Gracias, gracias! No saben cuánto significa para mí", gritó con alegría.

"-Es solo un pequeño gesto de amistad", dijo Merceditas, sintiéndose feliz por haber hecho lo correcto.

Antes de irse, el conejito les dio un mapa que había dibujado, con un kínder secreto en el bosque donde podrían jugar todos juntos.

"-¡Este mapa los llevará a un lugar mágico! Compruébenlo mañana, será increíble", prometió el conejito.

"-¡No puedo esperar!", dijo Bombón moviendo su cola.

Al día siguiente, Merceditas, Bombón, y Margarita siguieron el mapa del conejito. Después de un rato, llegaron a un claro lleno de flores gigantes, y lo que más llamó la atención fue un río de colores.

"-¡Mirá cómo brilla el agua!", exclamó Merceditas,

Sin embargo, al intentar acercarse al río, se dieron cuenta de que había un pequeño problema: una gran roca bloqueaba el acceso. Merceditas pensó en cómo resolverlo.

"-Tal vez podamos moverla", sugirió Bombón mientras movía su patita querer empujar la roca. Pero era demasiado pesada.

"-Tengo una idea!", dijo Margarita. "Podríamos pedirles ayuda a los animales que conocimos ayer."

Así, comenzaron a llamar a sus nuevos amigos. En poco tiempo, el conejito, el mapache y el pato llegaron corriendo.

"-¿Qué pasa?", preguntó el mapache al ver la roca.

"-Está bloqueando el camino al río de colores!", respondió Merceditas.

Todos juntos se unieron y lograron mover la roca, abriendo el acceso al agua mágica. Saltaron y jugaron en el colorido río todo el día, riendo y disfrutando de su tiempo juntos.

"-¡Esto es lo mejor de todas mis aventuras!", gritó Merceditas.

La mamá mariposa observaba feliz cómo su hija hacía nuevos amigos y aprendía la importancia de la solidaridad y la amistad.

**Desde aquel día, Merceditas, Bombón y sus nuevos amigos siguieron viviendo grandes aventuras, siempre recordando que ayudar a los demás, y compartir, siempre trae alegría.**

FIN.

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