La aventura de Mili y Hello-Kitty
Un día, Mili se despertó temprano y decidió que quería salir a pasear con su gatita Hello-Kitty. Pero antes de poder hacerlo, sabía que tenía que tomar un baño para estar limpia y fresca.
Mili se metió en la bañera y comenzó a jugar con el agua. La gatita se asomó por la puerta del baño y miró a Mili con curiosidad. "¿Qué estás haciendo?", preguntó la gatita.
"Me estoy dando un baño para estar limpia", respondió Mili. La gatita movió su cabeza de lado a lado. "Yo no necesito ducharme", dijo ella. "Mi pelo siempre está suave y brillante". Mili sonrió.
Sabía que la gatita tenía razón; su pelo era tan suave como una nube. Pero ella todavía quería tomar un baño porque le gustaba sentirse limpia y fresca. Después de unos minutos, Mili salió del baño envuelta en una toalla grande y esponjosa.
Se secó el pelo con cuidado y luego comenzó a vestirse para salir a pasear. Hello-Kitty estaba sentada en la cama observando todo lo que hacía Mili. "¿Puedo venir contigo?", preguntó ella mientras saltaba al hombro de Mili.
"Por supuesto", respondió Mili mientras ajustaba su mochila llena de golosinas para compartir con la gatita durante el camino. Juntas empezaron a caminar por el parque cerca de casa.
La luz del sol brillaba sobre ellas y las hojas crujían bajo sus pies mientras avanzaban por los caminos. De repente, la gatita saltó de los hombros de Mili y corrió hacia un árbol cercano. Mili la siguió con curiosidad y se dio cuenta de que había un pequeño pájaro atrapado en una rama.
"Oh no", dijo Mili mientras observaba al pajarito. "¿Cómo podemos ayudarlo?"La gatita comenzó a maullar suavemente mientras miraba al pajarito con tristeza. Mili pensó en cómo podría rescatar al pajarito sin lastimarlo.
Finalmente, decidió que usaría su mochila para subir a la rama del árbol y liberar al pájaro. Con cuidado, subió por el árbol hasta llegar a donde estaba el pajarito atrapado.
Con sus manos temblorosas logró soltarlo y lo sostuvo en sus manos mientras bajaba del árbol sana y salva. "¡Lo logramos!", dijo emocionada mientras abrazaba a la gatita Hello-Kitty y al pequeño pájaro que ahora volaba libremente por el cielo.
Mili se sintió orgullosa de sí misma por haber ayudado a otro ser vivo. Y aunque ella ya sabía que era importante tomar baños para mantenerse limpia, también aprendió que podía hacer pequeñas acciones para ayudar a otros seres vivos.
Desde ese día, Mili siempre recordaría esta aventura cada vez que salía a jugar con su amiga felina Hello-Kitty.
FIN.