La aventura de Mili y las planillas mágicas


En un tranquilo pueblo de Argentina, vivía una niña llamada Mili. Mili era una niña muy curiosa y siempre estaba buscando algo emocionante que hacer. Un día, mientras paseaba por el parque, vio a la directora de la escuela sentada en un banco, completando aburridas planillas. Sin pensarlo dos veces, Mili se acercó.

"¡Hola, directora! ¿Qué estás haciendo?" preguntó Mili con entusiasmo. La directora la miró sorprendida y le explicó que estaba ocupada con las tediosas tareas administrativas. Mili se entristeció al verla tan aburrida y decidió hacer algo al respecto.

Esa noche, Mili echó mano a su mochila mágica, donde guardaba todos sus tesoros, y encontró un objeto reluciente: una varita mágica que le había regalado su abuela. Sin dudarlo, la agitó en el aire y exclamó: "¡Que las planillas sean divertidas y mágicas!"

Al día siguiente, cuando la directora retomó su trabajo en las planillas, algo extraordinario sucedió. Las planillas se iluminaron con colores brillantes, y en lugar de aburridos números y letras, ahora estaban llenas de divertidos dibujos y desafíos. La directora se sorprendió al ver el cambio y no podía creer lo que veía.

Mili apareció de repente y le dijo: "Directora, las planillas ya no serán aburridas. Ahora podrás resolver acertijos, jugar a encontrar palabras escondidas y hasta pintar mandalas mientras las completas". La directora no podía contener su asombro y emoción. Mili había convertido una tarea aburrida en algo mágico y emocionante.

A partir de ese día, la escuela se llenó de alegría y risas. Los niños también querían completar las planillas y desafiarse con los divertidos juegos que Mili había creado. La directora agradeció a Mili por su increíble regalo y ambos aprendieron una importante lección: incluso las tareas más aburridas pueden convertirse en algo especial si le ponemos un poco de magia y creatividad.

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