La Aventura de Nacho y el Monstruo del Estrés
Había una vez un joven llamado Nacho que había comenzado la universidad. Era un lugar lleno de nuevos amigos, cursos interesantes y un sinfín de cosas por aprender. Sin embargo, a medida que pasaban los días, Nacho se sentía cada vez más abrumado. Tenía tantas tareas, proyectos y exámenes que sentía como si un enorme monstruo llamado "Estrés" se hubiera mudado a su mente.
Un día, mientras estudiaba en su habitación, Nacho soltó un suspiro frustrado. "¿Por qué es tan difícil? No puedo más con esto"- murmuró, mientras se dejaba caer en su silla.
De repente, frente a él apareció un pequeño hada, que brillaba con luz propia. "Hola, Nacho. Soy Lía, el hada de la calma. Te he escuchado y he venido a ayudarte"- dijo con una sonrisa. Nacho se quedó pasmado, no podía creer lo que veía.
"¿Un hada? ¿Qué puedes hacer para ayudarme?"- preguntó Nacho, con curiosidad.
"Primero, acompáñame a un lugar secreto donde puedes liberar ese estrés"- respondió Lía, y extendió su mano. Nacho la tomó, y, de pronto, se vio envuelto en luces brillantes.
Unos segundos después, Nacho y Lía aterrizaron en un hermoso bosque, lleno de árboles enormes y flores de colores vibrantes. "Este es el Bosque de la Tranquilidad. Aquí, aprenderás a dejar ir ese monstruo del estrés"- explicó el hada.
Nacho miraba maravillado a su alrededor. "¿Cómo puedo combatir al monstruo?"- preguntó, sintiendo un poco de esperanza.
"Primero, tienes que conocerlo. El monstruo del estrés se alimenta de tus preocupaciones. Vamos a buscarlo"- dijo Lía mientras comenzaban a caminar.
Después de un rato, encontraron al monstruo. Era un ser gigantesco, cubierto de espinas y sombras, gritando y causando caos. "¡No puedo! ¡Nunca terminaré mis proyectos!"- bramaba el monstruo.
"¡Espera!"- exclamó Nacho, sintiendo un impulso. "Sé lo que es sentirte abrumado, pero no tienes que ser así. Todos tenemos momentos difíciles"-.
El monstruo lo miró confundido. "¿De verdad? No sé cómo dejar de ser así, peor es sentirse así todo el tiempo"-.
Lía sonrió. "Es cierto, a veces necesitamos enfrentar nuestros miedos. Pero también necesitamos aprender a tomar un descanso y disfrutar de las pequeñas cosas. Nacho, ¿qué tal si le cuentas algunas estrategias que utilizas para calmarte cuando el estrés te ataca?"-
Nacho empezó a hablarle al monstruo. "A veces me gusta dar un paseo, escuchar música o hablar con mis amigos. Eso me ayuda a sentirme mejor"-.
El monstruo de estrés escuchó atentamente. "No sabía que había otras formas de enfrentarme. Siempre pensé que tenía que quedarme en la oscuridad"- dijo, empezando a perder parte de sus espinas.
"Exactamente, ¡todos necesitamos un respiro!"- afirmó Lía, mientras hacía un gesto mágico. "Ahora, Nacho, vamos a ayudar a este monstruo a transformarse en algo más pequeño y manejable"-.
Y así, Nacho y Lía, junto con el monstruo, comenzaron a bailar. El monstruo, al ver que había otras formas de lidiar con sus problemas, se fue encogiendo hasta convertirse en una pequeña nube gris. "Ahora soy más pequeño y ya no tengo tanto poder"- dijo el pequeño monstruo.
Nacho se sintió aliviado. "¡Ya no me asustas!"- declaró con una gran sonrisa. "Gracias por ayudarme a entenderte y por mostrarme que hay otras maneras de enfrentar los miedos"-.
Lía sonrió y le enseñó a Nacho herramientas que podía usar para liberar el estrés en casa: respiraciones profundas, escribir en un diario, y planificar sus estudios. "Recuerda, siempre habrá momentos difíciles, pero también hay formas de enfrentarlos"-.
Finalmente, Nacho se despidió de su nuevo amigo, el pequeño monstruo, y del hada. Regresó a su habitación, sintiéndose más ligero y preparado para enfrentar sus responsabilidades. Desde ese día, cada vez que el estrés asomaba, recordaba el Bosque de la Tranquilidad y el baile con el monstruo.
Y así, Nacho aprendió que, aunque la universidad puede ser estresante, siempre hay formas de mantener la calma y disfrutar del camino de aprender.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.