La aventura de Octavio y el día difícil



Octavio era un niño que estudiaba en el Centro María Espínola, un colegio muy especial donde siempre había actividades divertidas y aprendizaje emocionante. Sin embargo, un día Octavio se levantó con el pie izquierdo. Todo le salía mal: se le cayó el desayuno, perdió su lápiz favorito en el recreo, y olvidó su tarea en casa. Cuando llegó la hora de la clase de arte, Octavio ya no aguantaba más.

- ¡Qué día horrible! - exclamó Octavio con frustración. - Nada me sale bien.

La señorita Marta, la maestra de arte, notó la tristeza de Octavio y decidió hablar con él.

- Hola Octavio, veo que no estás teniendo un buen día. ¿Puedo ayudarte en algo? - preguntó la señorita Marta con una sonrisa cariñosa.

- No, no creo que pueda hacer algo bien hoy. Ni siquiera sé qué dibujar en mi cuadro. - respondió Octavio con desgano.

La señorita Marta se sentó junto a él y le dijo:

- A veces, cuando las cosas no salen como queremos, hay que detenerse un momento y buscar nuevas maneras de enfrentar los problemas. ¿Qué te parece si intentamos dibujar algo que te haga feliz? ¿Qué es lo que más te gusta hacer en el mundo?

Octavio pensó por un instante y su rostro se iluminó con una sonrisa.

- ¡Me encanta jugar al fútbol! - exclamó. - Creo que voy a dibujar un gran estadio de fútbol con todos mis amigos jugando.

La señorita Marta asintió con entusiasmo y le dio a Octavio un papel y lápices de colores. Octavio se puso manos a la obra y, con cada trazo, su ánimo fue mejorando. Olvidó por completo su mal día y se sumergió en su creación con alegría. Al final, su cuadro mostraba un estadio vibrante, lleno de color y emoción.

- ¡Wow Octavio, es impresionante! - exclamó la señorita Marta emocionada. - A veces, las cosas pueden salir mejor de lo que imaginamos, ¿verdad?

Octavio asintió con una gran sonrisa y se sintió orgulloso de su obra. A partir de ese día, aprendió que, incluso en los momentos difíciles, siempre hay una oportunidad para encontrar alegría y superar los desafíos.

FIN.

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