La aventura de Ornella en el bosque



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de bosques y montañas, una niña llamada Ornella. Ella siempre había sido muy aventurera y le encantaba explorar los alrededores de su casa.

Un día, mientras estaba jugando en el patio trasero, vio a su abuela caminando por la calle. "¡Abuela! ¿A dónde vas?", preguntó Ornella emocionada. "Voy al bosque a recolectar algunas hierbas para hacer té", respondió la abuela sonriendo.

Ornella se emocionó aún más ante la idea de ir al bosque con su abuela. Había oído muchas historias sobre el lugar mágico lleno de árboles altos y animales curiosos que vivían allí. "¡Por favor, Abuela! ¡Déjame venir contigo!", suplicó Ornella.

Después de pensarlo un poco, la abuela finalmente aceptó y juntas comenzaron su camino hacia el bosque. El sol brillaba fuerte ese día y las hojas crujían bajo sus pies mientras caminaban por el sendero del bosque.

Ornella estaba fascinada por todo lo que veía: flores silvestres, mariposas coloridas y pájaros cantando melodías hermosas. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del arbusto cercano. La abuela se detuvo inmediatamente y tomó a Ornella de la mano para mantenerla cerca.

Con precaución avanzaron hacia donde venía el ruido hasta encontrar un pequeño zorro atrapado entre las ramas espinosas del arbusto. La abuela rápidamente sacó unas tijeras de su bolsillo y comenzó a cortar las ramas para liberar al zorro.

Ornella observaba con asombro mientras la abuela acariciaba al animalito y lo dejaba ir. "¡Eso fue increíble, Abuela!", exclamó Ornella emocionada. La abuela sonrió y le explicó que era importante siempre ayudar a los animales y cuidar del medio ambiente.

Continuaron caminando por el bosque hasta llegar a un claro donde la abuela recolectó algunas hierbas medicinales para su té. Mientras disfrutaban del té recién preparado, escucharon un fuerte crujido en el bosque cercano.

La abuela se puso en alerta y tomó la mano de Ornella nuevamente mientras avanzaban hacia el ruido. Descubrieron que una manada de ciervos había quedado atrapada en una zona pantanosa.

Sin pensarlo dos veces, ambas se pusieron manos a la obra para salvarlos. Con mucho esfuerzo lograron sacar a los ciervos del pantano y ellos corrieron libres hacia el bosque. Estaban cansadas pero felices por haber ayudado a los animales necesitados. "Abuela, hoy tuvimos una aventura maravillosa", dijo Ornella sonriendo.

"Sí, mi niña", respondió la abuela orgullosa. "Siempre debemos ser amables con los demás seres vivos y cuidar nuestro hogar".

Juntas regresaron al pueblo con sus corazones llenos de alegría por haber pasado un día tan especial juntas en el bosque mágico. Desde ese día, Ornella aprendió que siempre debemos cuidar el medio ambiente y ayudar a quienes lo necesitan.

Y cada vez que iba al bosque, recordaba la aventura que tuvo con su abuela y se sentía feliz de ser parte del mundo natural.

FIN.

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