La aventura de Pancho y las cabritas valientes
Había una vez en un bosque encantado tres porquitos muy traviesos: Pancho, Panchito y Pancracio. Justo al lado vivía la Caputoeta, una niña muy valiente y aventurera.
No muy lejos de allí, se encontraban las siete cabritas traviesas que siempre andaban saltando de un lado a otro. Pero en ese mismo bosque vivía un lobo malvado que siempre estaba al acecho de los animalitos para comérselos.
Todos estaban preocupados por esta situación, así que decidieron reunirse para encontrar una solución. "¡Tenemos que hacer algo con respecto a ese lobo! Nos tiene a todos asustados", dijo Pancho con voz temblorosa. "Sí, es verdad.
Debemos idear un plan para defendernos", agregó Panchito mirando hacia el denso bosque donde habitaba el lobo. "Yo tengo una idea", exclamó la Caputoeta emocionada. "Podemos construir una cerca alrededor de nuestras casitas para protegernos del lobo".
Los demás animales asintieron entusiasmados con la propuesta de la Caputoeta y se pusieron manos a la obra. Cada uno colaboró con lo que podía: los porquitos trajeron madera, las cabritas llevaron piedras y la Caputoeta supervisaba todo el trabajo.
Después de varios días de arduo trabajo, lograron construir una cerca alta y resistente alrededor de sus hogares. Estaban felices con su creación y se sentían más seguros sabiendo que el lobo no podría atravesarla.
Una noche, mientras todos dormían plácidamente en sus casitas protegidas, escucharon un fuerte rugido proveniente del bosque. Era el lobo intentando derribar la cerca para llegar hasta ellos. Pero los valientes animalitos no se amedrentaron. Se mantuvieron unidos y firmes frente al peligro.
La Caputoeta tuvo otra brillante idea: preparar trampas con ramas afiladas y redes para atrapar al lobo si lograba pasar la cerca. Al día siguiente, encontraron al lobo atrapado en una red justo antes de llegar a sus casitas.
El animal malvado les suplicó perdón prometiendo cambiar su forma de actuar si lo liberaban. Los amigos decidieron darle una oportunidad al lobo bajo ciertas condiciones: respetar a los demás habitantes del bosque y nunca volver a intentar lastimarlos.
Desde entonces, el lobo malvado se convirtió en un amigo más del grupo y juntos disfrutaban de días tranquilos en el hermoso bosque encantado. Y colorín colorado este cuento ha terminado, demostrando que con valentía, ingenio y trabajo en equipo ¡se pueden superar cualquier obstáculo!
FIN.