La aventura de Pier y Lis en el bosque
Pier y Lis eran dos hermanitos muy unidos que siempre buscaban la aventura en todo lo que hacían.
Un día, mientras estaban jugando en el jardín de su casa, se les ocurrió la idea de hacer una excursión al bosque cercano a la playa. -¡Lis! ¿Qué te parece si hacemos una excursión al bosque cerca de la playa? -dijo Pier con entusiasmo. -¡Sí, Pier! ¡Esa es una gran idea! -respondió Lis emocionada.
Sin embargo, planear el viaje no sería fácil. Tenían que preparar todo lo necesario para pasar un día completo en el bosque y también debían encontrar el camino correcto para llegar a la playa. Después de pensarlo detenidamente, decidieron pedir ayuda a sus padres.
Ellos les dieron algunas indicaciones sobre cómo llegar al bosque y también les proporcionaron algunos suministros como agua, comida y protector solar. Finalmente llegó el gran día del viaje.
Los hermanitos se despertaron temprano para estar listos antes del amanecer. Una vez que estuvieron preparados, emprendieron su camino hacia el bosque. El sendero estaba lleno de sorpresas: árboles gigantes, aves exóticas y pequeños arroyos donde podían refrescarse los pies.
A medida que avanzaban por el sendero, Pier comenzó a sentirse cansado y le pidió a Lis que pararan un momento para descansar. -Lis... ¿Podemos descansar un rato? Estoy muy cansado -dijo Pier casi sin aire. -Claro Pier -respondió Lis preocupada-.
Pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo, tenemos que llegar a la playa antes de que se haga tarde. Después de un corto descanso, continuaron caminando hasta que finalmente llegaron al borde del bosque.
Desde allí podían ver el mar y sentir la brisa fresca en sus caras. -¡Mira Pier! ¡El mar! -dijo Lis emocionada. -¡Qué hermoso es todo esto! -respondió Pier con una amplia sonrisa en su rostro. Sin embargo, lo mejor estaba por venir.
Cuando llegaron a la playa, se sorprendieron al encontrar una tortuga varada en la orilla. Inmediatamente corrieron hacia ella para ayudarla y llevarla al agua. -Mira Lis, hay una tortuga varada en la orilla -dijo Pier preocupado-. Tenemos que ayudarla a volver al agua.
Con mucho cuidado, tomaron a la tortuga y la llevaron de vuelta al océano. En ese momento comprendieron lo importante que era cuidar el medio ambiente y proteger a todas las criaturas vivas del planeta.
Después de este episodio emocionante, los hermanitos decidieron disfrutar del resto del día jugando en el agua y construyendo castillos de arena. Al final del día regresaron felices y cansados a casa con muchos recuerdos inolvidables de su aventura juntos.
Desde ese día en adelante, siempre recordarían esta experiencia como un ejemplo perfecto de cómo trabajar juntos para superar cualquier obstáculo y hacer algo significativo mientras disfrutan de la naturaleza.
FIN.