La Aventura de Pilar y Lily
Pilar era una señora a la que le encantaba viajar. Sin embargo, no lo hacía sola; siempre la acompañaba su amiga más especial, una tortuga llamada Lily. Juntas exploraban lugares nuevos, probaban comidas de distintos países y hacían amigos por doquier. Un día, decidieron hospedarse en un hotel encantador cerca de la playa. Tras un largo día de aventuras, Pilar y Lily se acomodaron en su habitación y se quedaron dormidas.
A la mañana siguiente, cuando Pilar despertó, se dio cuenta de que Lily no estaba en su pequeña cama de viaje. - ¡Lily! - gritó Pilar, con preocupación. - ¿Dónde estás, pequeña?
Pilar comenzó a buscar en su maleta, debajo de la cama, incluso en el baño, pero no había rastro de su tortuga. - Debe haber salido a explorar - pensó Pilar. Sin embargo, eso no la calmaba; sabía que tenía que encontrarla.
Salió del hotel en busca de su amiga. Se dirigió primero a la tienda de juguetes cercana. - Perdone, ¿han visto una tortuga pequeña y adorable? - preguntó a la vendedora.
- No, señora. Pero si la veo, le aviso - respondió la vendedora con una sonrisa.
Un poco desanimada, Pilar se dirigió al aeropuerto, convencida de que quizás Lily había decidido ir a un nuevo destino. Pero allí, nadie había visto a la tortuga. Con el corazón apesadumbrado, siguió buscando en un parque cercano, en restaurantes y playas.
- ¡Lily! - gritaba mientras corría por todos lados. La gente la miraba con curiosidad. Ella les contaba su historia: - Mi tortuga es la mejor compañera de viajes. Siempre me acompaña y nunca antes había desaparecido así.
Pero a pesar de su esfuerzo, no encontraba a Lily. La tarde llegó y la ilusión de encontrarla empezaba a desvanecerse. Finalmente, con los pies cansados y el corazón pesado, decidió regresar al hotel.
Al entrar en la habitación, notó que su maleta favorita estaba abierta. Pilar se acercó con cautela. - No puede ser... - murmuró, casi sin aliento. Al asomarse por el borde de la maleta, pudo ver a Lily, jugando y asomándose de un lado a otro. - ¡Lily! - exclamó Pilar, lanzándose a abrazarla.
- ¡No me dejes así, amiga! Estaba preocupada - continuó Pilar mientras acariciaba la hermosa cabeza de su tortuga. Lily parecía tranquila y feliz, como si hubiera tenido la más increíble de las aventuras.
- ¡Mira todo lo que descubrí! - parecía decir Lily al mover las patas, como si cada movimiento contara una historia. Pilar se rió. - ¿Te divertiste tanto que decidiste explorar sin mí? -
Ambas comenzaron a jugar en la habitación, llenando el espacio de risas y alegría. Pilar decidió que, a partir de ese día, siempre guardaría un ojo en su maleta.
- De ahora en adelante, no te dejaré escapar tan fácilmente - bromeó Pilar, mientras Lily se acomodaba en su regazo.
Y así, Pilar y Lily aprendieron que, aunque las aventuras son maravillosas, siempre es importante volver a casa con quienes amamos. Después de todo, viajar es mucho más divertido cuando lo hacemos juntos. Desde entonces, Pilar hizo una promesa: nunca dejaría de buscar a Lily, y Lily prometió no desaparecer sin avisar.
Y colorín colorado, esta aventura ha terminado; pero muchas más vendrán, llenas de risas, amigos y, por supuesto, de amor.
FIN.