La aventura de Pompón y la lata de menta


Pompón era un gatito muy curioso que vivía en una hermosa casa junto a su dueña, Martina. Un día, mientras Martina preparaba la merienda, Pompón se metió en la despensa y encontró una colorida lata de menta.

Sin dudarlo, comenzó a mordisquearla, sin percatarse de que el contenido no era comestible. Al rato, Pompón comenzó a sentirse mal y corrió hacia su dueña. '¡Martina, algo no anda bien, creo que la lata de menta me hizo daño!', maulló angustiado.

Martina, preocupada, lo llevó de inmediato al veterinario, donde le dieron un medicamento especial y le explicaron que no debía comer cosas que no fueran comida de gato.

Después de ese susto, Pompón aprendió la lección y se comprometió a ser más cuidadoso en el futuro. Martina, por su parte, decidió enseñarle sobre los peligros de ingerir productos no destinados para los animales, convirtiendo la experiencia en una lección educativa para ambos.

Desde entonces, Pompón y Martina disfrutaron de muchas aventuras juntos, siempre recordando la importancia de la seguridad y la prevención.

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