La Aventura de Ratón Rápido y Rata Suave
Había una vez, en un rincón del bosque, dos pequeños roedores que vivían en una colorida madriguera: Ratón Rápido y Rata Suave. Ratón Rápido era conocido por ser muy veloz y lleno de energía, mientras que Rata Suave era más calma y meticulosa, siempre pensando en las cosas antes de hacerlas.
Un día, estaban jugando a las escondidas cuando de repente, Ratón Rápido tuvo una idea.
"¡Vamos a buscar la famosa piedra de los deseos!"- propuso emocionado.
"¿La piedra de los deseos?"- preguntó Rata Suave, mirando incrédula."Siempre está en la parte más profunda del bosque, y hay un montón de desafíos que superar."
"¡Vamos, será una gran aventura!"- insistió Ratón Rápido, agitando su pequeña colita. Ratón Rápido siempre seguía sus instintos, mientras que Rata Suave prefería pensar dos veces antes de actuar. Pero después de un rato de insistencias, Rata Suave accedió:"Está bien, pero debemos ser cautelosos."
Así que los dos amigos partieron en su búsqueda. Mientras caminaban, se encontraron con una zancada que era tan amplia que parecía imposible cruzarla. Ratón Rápido quería saltar de inmediato, sin pensar en las consecuencias.
"¿Ves? Te lo dije, puedo hacerlo, ¡mirá!"- gritó Ratón Rápido, dando un salto. Pero cayó en un charco de barro.
Rata Suave, con una mirada pensativa, sugirió:"Quizás deberíamos buscar una forma alrededor de este charco en lugar de saltar. Deberíamos evitar mojar nuestras patitas."
Siguiendo el consejo de Rata Suave, encontraron un camino bordeando el charco. Así llegaron a un lugar donde había un árbol gigante, conocido por ser un guardián del bosque.
"Hoy estoy aquí para proteger la entrada a la siguiente parte del bosque - dijo el árbol con una voz tronadora. - Para continuar, deberán resolver mi acertijo."
Ratón Rápido estaba dispuesto a dar su respuesta de inmediato."¡Soy muy rápido, pregúntame!"-
Pero Rata Suave levantó su patita y le dijo:"Vamos a escuchar primero todo el acertijo."
El árbol dijo:"¿Qué se rompe pero nunca cae, y qué cae pero nunca se rompe?"-
Ratón Rápido comenzó a pensar en voz alta: "¡Es fácil! Debe ser una montaña. Pero no, eso no tiene sentido."
Rata Suave cerró los ojos y reflexionó: "Es difícil, pero... ya sé. La respuesta es el día y la noche. ¡El día se rompe pero no cae, y la noche cae pero no se rompe!"-
El árbol sonrió:"¡Correcto! Pueden avanzar."
Los amigos continuaron su camino y, tras algunas peripecias más, finalmente llegaron a una cueva en la que brillaba una luz resplandeciente. En el centro de la cueva, ¡estaba la piedra de los deseos! Pero justo antes de acercarse, se dieron cuenta de que había un pequeño dragón que custodiaba la piedra.
"¿Por qué quieren la piedra de los deseos?"- preguntó el dragón con curiosidad.
Ratón Rápido, lleno de entusiasmo, dijo:"Queremos hacer un deseo!"-
Rata Suave, que siempre pensaba con cautela, sugirió:"Espera. ¿Y si el deseo no es lo que realmente queremos? No sería justo entre nosotros."
Luego de una conversación profunda, decidieron que solo harían un deseo si era para ayudar a otros. Finalmente, llegaron a un acuerdo.
"Deseamos que todos en nuestro bosque siempre tengan suficientes frutos y sean felices todos los días!"-
El dragón sonrió y los bendijo:"Su deseo es noble y generoso. Les concederé su voluntad, pero recuerden: la verdadera magia está en compartir y ayudar a otros."
Así, Ratón Rápido y Rata Suave regresaron a su hogar, no solo con la piedra de los deseos, sino también con una valiosa lección sobre la importancia de pensar antes de actuar y de ayudar a los demás. Desde ese día, se convirtieron en los mejores amigos del bosque, siempre trabajando juntos para hacer de su hogar un lugar mejor, ¡donde la rapidez y la suavidad se complementaban maravillosamente!
Y así, vivieron muchas más aventuras, siempre recordarían que la unión de sus diferencias los hacía más fuertes y felices. Y así, cada uno, a su manera, brillaba en el vasto mundo del bosque.
**Fin**
FIN.