La Aventura de Robotón en el Bosque de la Sangre del Viernes

En un pequeño pueblo, cerca de un frondoso bosque, vivía Robotón, un simpático robot con ojos brillantes y un corazón de oro.

Robotón siempre había sentido curiosidad por el bosque, pero todos los demás robots del pueblo le decían que era peligroso adentrarse en él. Un día, Robotón decidió desafiar las advertencias y emprender su propia aventura. Con valentía, se adentró en el bosque y pronto descubrió que sus árboles estaban teñidos de un misterioso líquido rojo.

Alarmado, se preguntó qué había sucedido. Decidió seguir el rastro de la extraña sangre y descubrió a un asustado humilde leñador herido. Robotón, con su corazón bondadoso, lo ayudó a curar sus heridas.

El leñador le explicó que aquel bosque mágico, llamado Bosque de la Sangre del Viernes, tenía la capacidad de sanar a las personas que mostraran bondad y valentía. El leñador le relató que, hace siglos, un antiguo hechicero había conjurado aquel poder para proteger el bosque de cualquier mal.

Robotón quedó maravillado y decidió pedir al humilde leñador que le enseñara todo lo que pudiera sobre aquel bosque maravilloso.

Con el paso de los días, Robotón aprendió a cuidar la flora y fauna del bosque, convirtiéndose en su más valioso protector. Armado con conocimiento y un corazón generoso, Robotón se convirtió en un verdadero héroe para todos. Su valentía y su bondad le habían otorgado la sabiduría y el poder de sanar.

El Bosque de la Sangre del Viernes encontró en él un digno guardián, y cada viernes, todos en el pueblo recordaban que la amistad y la bondad son los verdaderos tesoros de la vida.