La Aventura de Roma en el Tiempo



En un pequeño pueblo llamado Valle Verde, vivía una niña llamada Roma. Tenía diez años, una gran curiosidad y una imaginación desbordante. Cada tarde, después de hacer sus tareas, se escapaba al parque para jugar con sus amigos. Sin embargo, había una cosa que Roma deseaba más que nada en el mundo: viajar en el tiempo.

Un día caluroso de verano, Roma estaba explorando el ático de su abuela cuando encontró una antigua caja llena de objetos curiosos. Entre ellos, un reloj de bolsillo con inscripciones extrañas y un mapa enrollado. "¿Qué será esto?"- se preguntó, mientras lo abría con cuidado.

El mapa mostraba diferentes épocas de la historia y un lugar marcado con una gran X. La curiosidad le ganó y decidió llevarse el reloj y el mapa a casa.

Ya en su habitación, Roma estudió el mapa y, sin darse cuenta, presionó el pequeño botón del reloj. De repente, una luz brillante la envolvió y, en un instante, se encontró en una bulliciosa plaza de la antigua Roma.

"¡Wow! Esto es increíble!"- exclamó Roma mientras observaba a los romanos vestidos con túnicas y sandalias. Emocionada, decidió explorar la ciudad. Caminó entre los impresionantes edificios, el Coliseo, y las coloridas tiendas.

Durante su recorrido, conoció a un niño llamado Marco.

"Hola, soy Marco. ¿De dónde eres?"-

"Soy de un lugar llamado Valle Verde, en el futuro. ¡Es asombroso estar aquí!"- respondió Roma.

"¿Futuro? Nunca he oído hablar de eso. ¿Cómo se ve?"-

Roma comenzó a contarle sobre los autos voladores, las computadoras y la forma en que las personas se comunicaban desde cualquier parte del mundo. Marco se asombró y decidió mostrarle la Roma antigua.

"Vení, quiero llevarte a ver el Foro Romano. Es el corazón de la ciudad. Allí es donde se toman las decisiones importantes. ¡Y vamos a comer unas deliciosas olivas!"-

Mientras recorrían el foro, escucharon un gran alboroto. Un grupo de ciudadanos discutía sobre quién debía ser el próximo cónsul. La tensión aumentaba y Marco comenzó a ponerse nervioso.

"Siempre he querido ayudar, pero no sé cómo. Si las cosas no cambian, la ciudad podría caer en la anarquía"- dijo Marco con preocupación.

Roma pensó por un momento y tuvo una idea. "¡Podemos ayudar! Vamos a proponer un debate donde todos puedan expresar sus ideas. Así podrán encontrar una solución juntos."-

Al principio, Marco dudó, pero la pasión de Roma era contagiosa. Rápidamente organizaron una reunión en la plaza y convocaron a todos los ciudadanos.

Al llegar el día, Roma se sintió nerviosa. "¿Y si no les gusta nuestra idea?"- le confesó a Marco.

"No te preocupes, Roma. Todo el mundo quiere ser escuchado. No hay nada más importante que eso."-

Con un megáfono improvisado, Roma subió a una caja de frutas y comenzó a hablar. "Hola a todos, soy Roma de Valle Verde. Venimos de una época donde las voces de todos cuentan. ¡Escuchar a la comunidad es fundamental!"-

Los ciudadanos la miraron con sorpresa. Algunos murmuraron, pero Roma no se detuvo.

"Propongo que cada uno de ustedes tenga la oportunidad de hablar. Solo así podremos encontrar una solución justa para nuestra ciudad."-

Poco a poco, más personas comenzaron a hablar. Todos compartieron sus ideas y preocupaciones. Algunos querían más alimentos, otros más seguridad, y algunos deseaban que la cultura floreciera. Al final, Roma y Marco llevaron las propuestas a una votación.

Después de una larga discusión, los ciudadanos eligieron a un nuevo cónsul que tenía la energía y el conocimiento para unir a la comunidad.

"¡Lo logramos!"- gritó Marco abrazando a Roma. "Nunca había visto a la gente tan feliz y unida. ¡Eres increíble!"-

"No sería posible sin la ayuda de todos. Juntos somos más fuertes."-

Con el nuevo cónsul en funciones, Roma sintió que había cumplido con su misión. Pero era hora de regresar a casa. Marco le dio un abrazo.

"Nunca te olvidaré, Roma. Te espero en el futuro para contarte cómo cambia la ciudad con nuestras nuevas decisiones."-

"Yo tampoco te olvidaré. ¡Gracias por mostrarme la magia de Roma!"-

Al presionar nuevamente el botón del reloj, Roma fue envuelta en una luz brillante y, en un abrir y cerrar de ojos, volvió a su habitación en Valle Verde.

Con el corazón lleno de alegría, Roma entendió que cada voz cuenta, que las ideas pueden cambiar el mundo y que la amistad trasciende el tiempo. Desde ese día, cada vez que miraba el reloj de bolsillo, sonreía, recordando su aventura en la antigua Roma y la importancia de colaborar juntos por un futuro mejor.

FIN.

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