La aventura de Salomé en la Ludoteca



Salomé era una niña curiosa y valiente a la que le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Un día, su mamá la llevó a la ludoteca del barrio, un lugar mágico lleno de juguetes, libros y juegos para niños. Salomé quedó maravillada al entrar y ver tantas cosas interesantes para jugar.

- ¡Mamá, mirá todos los juegos que hay! ¡Es genial! - exclamó Salomé emocionada.

- Sí, hija. Podes elegir lo que quieras mientras yo hablo con la encargada. Diviértete mucho, pero no te alejes demasiado, ¿entendido? - le respondió su mamá.

Salomé asintió emocionada y se dispuso a explorar la ludoteca. Pronto se encontró en un rincón lleno de bloques de construcción. Mientras jugaba y construía una torre muy alta, escuchó risas y voces divertidas que venían de un pequeño teatro de títeres. Las risas la intrigaron y decidió acercarse para ver de qué se trataba.

- ¡Hola, pequeña exploradora! ¿Quieres unirte a nuestra función de títeres? - le preguntó una mujer alegre que estaba manejando los títeres.

- ¡Sí, por favor! - respondió Salomé entusiasmada.

Salomé se unió al pequeño grupo de niños y juntos comenzaron a representar una historia muy divertida con los títeres. La mujer les enseñó a manejarlos y les contó cuentos mientras jugaban. Salomé se rió, se divirtió y aprendió mucho en ese rincón mágico de la ludoteca.

Después de un rato, decidió explorar otros juegos y se encontró con una mesa llena de rompecabezas. Uno de ellos llamó su atención: era un mapa del mundo. A Salomé le encantaba la geografía y no dudó en sentarse a armarlo. Mientras lo hacía, un grupo de niños se acercó y la ayudaron a completar el rompecabezas. Descubrieron juntos los continentes, los océanos y los países, y se divirtieron aprendiendo sobre el mundo.

Al cabo de un rato, su mamá la llamó para irse. Salomé se despidió de la ludoteca con una sonrisa enorme en el rostro, llena de nuevas experiencias y conocimientos.

Desde ese día, Salomé visitaba la ludoteca todas las semanas, siempre descubriendo algo nuevo y compartiendo momentos especiales con otros niños. Aprendió que en la ludoteca no solo se juega, también se aprende y se hace amigos. Y así, Salomé continuó explorando, aprendiendo y viviendo aventuras en la ludoteca.

FIN.

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