La Aventura de Semilla Valiente
Había una vez, en un pequeño jardín lleno de colores y aromas, una semilla llamada Semilla Valiente. Semilla Valiente soñaba con convertirse en una hermosa planta, pero no sabía por dónde empezar.
Un día, escuchó a una mariposa pasar volando y decidió preguntarle.
"Hola, mariposa, ¿sabes cómo puedo crecer?"
La mariposa se detuvo y sonrió.
"¡Claro que sí! Necesitas tierra, agua, luz del sol y mucho amor para crecer maravillosamente".
Semilla Valiente se puso muy emocionada.
"¿Pero dónde encuentro todo eso?"
La mariposa revoloteó y respondió,
"Eso está a tu alrededor, ¡solo necesitas germinar!".
Entonces, Semilla Valiente se acomodó en un pequeño hueco de tierra, cerró los ojos y se concentró. Pero con el tiempo, el viento comenzó a soplar fuerte. Semilla Valiente se asustó.
"¡Ay, ay! ¿Y si me hacen volar lejos?"
El viento susurró,
"No temas, pequeñita. Soy solo una parte del proceso. Además, sin el viento no habría polinización, ni flores en el jardín."
Semilla Valiente respiró hondo y decidió confiar en el viento.
Días después, comenzó a llover. ¡Y cómo llovía! La semilla se sintió un poco abrumada.
"¿Podré nadar y sobrevivir?"
Una pequeña gota de agua, que se llamaba Gota Juguetona, le respondió,
"No te preocupes, Semilla Valiente. Yo te ayudaré a ablandar la tierra. El agua es esencial para que puedas germinar y crecer fuerte".
Y así fue, Gota Juguetona fue suavizando la tierra alrededor de Semilla Valiente.
Poco a poco, la temperatura comenzó a subir. Semilla Valiente sintió el calor del sol acariciándole la piel.
"¡Ahora lo entiendo!" -exclamó emocionada"El sol me da la energía que necesito para crecer".
El sol solo sonrió y brilló más fuerte.
"He estado esperando que lo descubras. ¡Ahora, empuja hacia arriba!"
Con todas sus fuerzas, Semilla Valiente comenzó a germinar.
"¡Lo estoy logrando!"
Exclamó mientras una pequeña raíz emergía bajo tierra, y una hojita verde asomaba en la superficie.
"¡Soy una plantita!".
Pero de repente, un pequeño escarabajo se acercó,
"Hola, Semilla Valiente, ¿no crees que deberías crecer más rápido?"
Semilla Valiente se sintió insegura.
"Pero solo soy una plantita pequeña..."
El escarabajo rió y dijo,
"No te compares con los demás. Cada planta crece a su propio ritmo. No te olvides de tratarte con cariño y paciencia. Lo es esencial".
Con esas palabras en la mente, Semilla Valiente siguió cuidándose. Recibió el sol de cada día y se llenó de agua gracias a Gota Juguetona.
Poco a poco, fue creciendo y convirtiéndose en una previamente hermosa planta.
Mucho tiempo después, cuando ya tenía flores hermosas y sus hojas brillaban al sol, la mariposa la reconoció.
"¡Mirá qué bonita te has vuelto!"
Semilla Valiente sonrió con modestia.
"Todo fue gracias a la tierra, el agua, el sol y el amor que recibí. Gracias por ayudarme a dar mis primeros pasos".
El jardín entero celebró la hermosa transformación de Semilla Valiente.
Desde entonces, cada vez que alguien pasaba, se detenía a admirar esa planta que había comenzado su vida como una simple semilla valiente que se atrevió a soñar.
Y así, Semilla Valiente aprendió que con determinación, paciencia y el apoyo de sus amigos, ¡todo es posible!
Fin.
FIN.