La Aventura de Sergio y el Celular Perdido



Era un soleado viernes por la tarde y Sergio, un chico de 12 años lleno de sueños, decidió ir a su restaurante favorito, "La Luna de Miel". A medida que se acomodaba en su mesa, levantó la vista y, de repente, sus ojos se encontraron con los de una hermosa chica. Tenía el cabello rizado y una sonrisa que iluminaba la habitación.

Sergio sintió que su corazón latía más rápido. "¡Wow!" - pensó para sí mismo, "Es perfecta."

Decidido a hablarle, se levantó y se acercó, con la esperanza de que su sonrisa lo alentara. Pero, justo cuando iba a decir algo, un mozo se acercó a la chica y le dijo:"¿Te traigo algo más?"

La chica respondió:"Sí, por favor, un café."

Y antes de que Sergio pudiera articular una palabra, ella ya había vuelto a su conversación. Desalentado y con el corazón apesadumbrado, vio cómo ella se despedía y abandonaba el lugar. Sergio se sentó, sintiéndose triste y decepcionado.

Sin embargo, cuando miró a su alrededor, se dio cuenta de algo: la chica había dejado olvidado su celular sobre la mesa. "¡No puede ser! Tendré que devolvérselo!" - se dijo a sí mismo. Pero, ¿cómo podría encontrarla?

Sergio recordó que ella había mencionado algo sobre el parque que quedaba cerca del restaurante. Decidió que tendría que ir allí, pero no sería tan fácil. Primero, tuvo que atravesar un laberinto de mesas y sillas para llegar a la salida. Con un poco de astucia, se deslizó entre las mesas, esquivando a los clientes que no se daban cuenta.

Al salir al exterior, se dio cuenta de que había una tormenta. Os aspectos oscuros se estaban acumulando en el cielo, y las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer. "¡Ay no!" - pensó. Sergio sabía que debía apurarse, así que corrió hacia el parque.

Al llegar, vio que había varios caminos. No sabía cuál elegir, pero recordó un detalle crucial de la chica: "Le gusta caminar por senderos rodeados de flores." Entonces decidió ir por el camino más florido. Mientras corría, un perro se cruzó en su camino, y casi tropieza. "¡Cuidado!" - gritó el dueño del perro, quien lo ayudó a levantarse. "Gracias, tengo prisa. Estoy buscando a una chica... ella olvidó su celular"

El hombre sonrió. "Si la encuentras, dile que el perro es muy travieso. ¿Cómo se llama?" - preguntó. Sergio sacudió la cabeza. "No la conozco, pero seguro tiene una sonrisa hermosa." - respondió.

El hombre le dio una palmada en la espalda y le dijo: "¡Ve a buscarla! Aquí hay un mapa del parque si te ayuda."

Agradecido, Sergio tomó el mapa y empezó a buscar. Pasó por un estanque, donde vio a un grupo de patos nadando. Uno de ellos resbaló y cayó al agua, provocando risas entre los niños. "¡A veces hay que caerse para levantarse mejor!" - pensó. Con eso en mente, continuó avanzando.

Finalmente, llegó a un área llena de flores, y allí estaba ella. Sentada en un banco, mirando su celular que no encendía. La chica, al reconocer su celular, lo giró y justo en ese momento, Sergio se acercó con una sonrisa. "¡Hola! ¡Es tuyo!" - le dijo mostrándole el dispositivo.

Ella lo miró sorprendida. "¿De verdad? ¡No puedo creerlo! Muchas gracias. Soy Valentina. ¿Cómo te llamas?"

"Soy Sergio. Te vi en el restaurante y quise hablarte, pero no tuve tiempo."

"¡Qué coincidencia! Pensé que lo había perdido para siempre. Gracias por encontrarlo."

Ambos comenzaron a charlar y, de repente, la tormenta que había oscuro el cielo, se despejó con un hermoso arcoíris. Valentina rió y dijo: "Parece que este es un día especial."

Sergio sonrió. Sabía que había superado obstáculos, pero lo más importante era que había logrado encontrar a Valentina y devolverle su celular. "A veces, las mejores cosas vienen después de un poco de aventura" - dijo. Y así, los dos chicos comenzaron a conocerse, riéndose bajo el cielo despejado, sabiendo que el verdadero valor estaba en la amistad y la valentía para alcanzar lo que uno desea.

FIN.

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