La aventura de Sofía y el duende en el mercado navideño
Había una vez en un pequeño pueblo, un mercado navideño que se instalaba cada año en la plaza principal. Este mercado era famoso por sus luces brillantes, música festiva y deliciosos aromas que llenaban el aire.
La gente de todas partes venía a disfrutar de la magia navideña que se respiraba en ese lugar. En ese mismo pueblo vivía una niña llamada Sofía, quien estaba emocionada por visitar el mercado navideño.
Ella amaba todo lo relacionado con la Navidad: los regalos, las decoraciones y, sobre todo, los árboles de Navidad. Desde pequeña había soñado con tener su propio árbol para adornarlo con luces y coloridos adornos.
Un día antes de la apertura del mercado, mientras paseaba por las calles del pueblo, Sofía encontró un duende perdido. El duende parecía triste y desorientado, así que ella decidió ayudarlo. "Hola duende ¿estás bien?"- preguntó Sofía acercándose tímidamente. El duende levantó la cabeza sorprendido al escucharla hablarle.
"¡Oh! Hola niña ¿puedes verme?"- dijo el duende asombrado.
Sofía sonrió y le respondió: "Claro que puedo verte ¡eres muy especial!"-El duende explicó que se había separado del resto de su grupo durante su viaje hacia el mercado navideño y no sabía cómo volver a casa. En ese momento tuvieron una idea juntos: si Sofía ayudaba al duende a llegar al mercado navideño encontrarían a alguien allí que pudiera ayudarlo a regresar.
Durante su camino, Sofía y el duende se hicieron amigos. El duende le contó historias mágicas sobre la Navidad y cómo él era uno de los encargados de hacer que todo fuera perfecto en esa época del año.
Finalmente, llegaron al mercado navideño y se quedaron maravillados por la belleza que lo rodeaba. Luces parpadeantes, puestos llenos de regalos y comida deliciosa, música alegre... Era un lugar realmente mágico.
"¡Mira! ¡Un árbol de Navidad!"- exclamó Sofía señalando hacia el centro del mercado. El duende sonrió y dijo: "Sí, los árboles de Navidad son muy especiales para nosotros. Cada uno tiene una magia única y nos ayuda a traer alegría a las personas.
"-Sofía recordó su sueño de tener su propio árbol de Navidad y decidió hacer algo especial por el duende que había encontrado. Juntos buscaron un hermoso árbol en el mercado y lo llevaron al hotel más lujoso de New York donde se estaban hospedando.
Una vez allí, Sofía ayudó al duende a decorar el árbol con luces brillantes, coloridos adornos e incluso una pequeña estrella en la punta. El resultado fue simplemente espectacular. Cuando terminaron, ambos se sentaron frente al árbol admirando su trabajo.
El duende estaba emocionado por haber cumplido su misión en ese lugar tan lejano gracias a la ayuda inesperada de Sofía. "Gracias por ayudarme a llegar hasta aquí", dijo el duende con gratitud.
"Has demostrado ser una verdadera amiga y has hecho realidad mi sueño de tener un árbol de Navidad hermoso". Sofía sonrió y respondió: "No hay de qué, amigo duende. Ha sido un honor ayudarte y poder hacer algo especial por ti.
Me siento muy feliz de haber encontrado a alguien tan mágico como tú en esta Navidad". El duende le dio un abrazo a Sofía y desapareció en el aire, dejando atrás solo su gratitud.
Desde ese día, Sofía siempre recordaría la importancia de la amistad y cómo incluso pequeños gestos pueden marcar la diferencia en la vida de alguien más. Y cada año, al visitar el mercado navideño, recordaría con cariño aquel encuentro mágico que cambió su vida para siempre.
FIN.