La Aventura de Susi y el Bosque Mágico
En un pequeño pueblo en Bolivia, Susi, una niña curiosa y valiente, amaba jugar en el bosque cercano. Cada día, después de la escuela, se aventuraba a explorar el lugar donde la naturaleza hacía alarde de su belleza. Sin embargo, un día, mientras correteaba por el sendero, Susi notó que algo raro sucedía.
"- ¿Por qué los árboles están tan tristes?" - se preguntó mientras veía las hojas amarillas y secas.
Decidida a descubrir qué pasaba, Susi se acercó al río que solía ser cristalino. Ahora, en lugar de aguas puras, había una gruesa capa de basura.
"- ¡Esto no puede ser!" - gritó Susi, horrorizada.
Descorazonada, Susi decidió hablar con su abuela, quien siempre tenía una respuesta sabia para todo.
"- Abuela, el bosque se siente enfermo. Todo está sucio y los árboles ya no pueden sonreír como antes. ¿Qué podemos hacer?" - preguntó Susi.
La abuela, con su voz suave, respondió:
"- Mi querida Susi, el bosque sufre por la contaminación. A veces, las personas olvidan cuidar de la naturaleza. Pero tú puedes hacer la diferencia, querida. ¡Nunca es tarde para comenzar!"
Motivada por las palabras de su abuela, Susi salió al pueblo y reunió a sus amigos: Tommy, Luisa y Ricardo.
"- Chicos, el bosque necesita nuestra ayuda. ¡Vamos a limpiarlo!" - exclamó Susi.
"- Eso suena divertido, pero... ¿cómo lo haremos?" - preguntó Luisa, un poco insegura.
"- Primero, podemos repartir carteles para que más personas se unan a nosotros. Luego, el sábado organizamos una jornada de limpieza. ¿Qué les parece?" - sugirió Ricardo, emocionado.
Los amigos asintieron y empezaron a trabajar juntos. Hicieron carteles coloridos y llamativos, con dibujos de árboles y animales.
El sábado llegó, y toda la comunidad se unió a Susi y sus amigos. Con guantes y bolsas de basura, recorrieron el bosque recogiendo desechos y plásticos.
"- ¡Miren cómo brilla el río!" - gritó Tommy emocionado al ver el agua clara nuevamente.
Pasaron horas trabajando, riendo y disfrutando de la naturaleza. La abuela de Susi, quien había llevado galletas para todos, dijo:
"- Esto es más que solo limpiar. Están aprendiendo a cuidar su hogar. Cada uno de ustedes es importante. El bosque necesita héroes como ustedes."
Con cada bolsa llena, el bosque comenzaba a recuperar su sabor a vida. Sin embargo, mientras limpiaban, se encontraron con algo misterioso: un pequeño zorro atrapado entre la basura.
"- ¡Pobrecito!" - exclamó Luisa al verlo.
"- Necesitamos ayudarnos unos a otros. ¡Voy!" - Susi corrió hacia el zorro, viste que estaba asustado, pero ella decidió que no se rendiría. Con mucho cuidado, lo liberó de los restos de plástico. El zorro, agradecido, miró a Susi y ladró suavemente como si estuviera diciendo —"gracias" .
"- ¡Miren!" - dijo Ricardo señalando hacia donde el zorro había corrido.
Los amigos se sintieron felices al ver al zorro moverse libremente. Se dieron cuenta de que su esfuerzo había significado mucho más de lo que imaginaban.
"- Esto es solo el comienzo. Tenemos que seguir cuidando nuestro bosque, no solo hoy, sino todos los días" - dijo Susi mientras miraba a sus amigos.
"- ¡Sí! A partir de ahora, vamos a ser los guardianes del bosque" - respondió Tommy.
La comunidad se comprometió a cuidar el bosque. Organizaron más jornadas de limpieza, sembraron árboles y aprendieron sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Con el paso del tiempo, el bosque volvió a florecer, lleno de colores, susurros de animales y risas de niños. Susi y sus amigos se convirtieron en líderes, inspirando a otros a cuidar de la naturaleza.
"- Esto es mágico" - decía Luisa admirando un árbol que creció gracias a sus esfuerzos.
"- ¿Sabían que somos parte de la naturaleza?" - preguntó Ricardo, pensando en todo lo que habían aprendido.
"- Sí, ¡y tenemos que protegerla siempre!" - contestó Susi, con una sonrisa en el rostro.
Así, Susi y sus amigos demostraron que aunque la contaminación es un gran desafío, con esfuerzo y unión, cualquier cosa es posible.
FIN.