La Aventura de Tomás y el Misterio de la Edad
Había una vez en un pequeño pueblo un chico llamado Tomás. Era un niño curioso que siempre se hacía preguntas sobre el mundo que lo rodeaba. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, escuchó un susurro en el viento que decía: - Tomás, ¿sabías que la edad es un misterio? - Emocionado, Tomás miró a su alrededor, buscando de dónde provenía esa voz.
- ¿Quién está ahí? - preguntó Tomás.
De entre los árboles apareció un pequeño zorro, con un brillo especial en sus ojos.
- Soy Zorrito, el guardián de los secretos del tiempo - dijo el zorro. - He venido a ayudarte a resolver un enigma que te involucra a vos.
Tomás se sentó en el suelo, intrigado.
- ¿De qué trata el enigma? - inquirió.
Zorrito le explicó con distintas rimas y juegos de palabras que, en esencia, lo que debía resolver era algo fascinante. Debía averiguar su edad actual a partir de la siguiente pista:
- El cuadrado de mi edad de hace 5 años es la mitad de la edad que tendré dentro de 7 años. -
Tomás rascándose la cabeza pensó: - Bueno, si hago un poco de matemática, puedo resolver esto.
Zorrito sonrió. - ¡Exactamente! Comencemos a jugar con los números.
Tomás volvió a recordar que tenía que pensar en cómo poner en ecuaciones el enigma. Se puso a anotar en un papel. Su edad actual sería —"x" . Entonces, hace 5 años tendría "x - 5" y dentro de 7 años sería "x + 7". Así que se le ocurrió la siguiente relación:
(x - 5)² = 0.5 * (x + 7)
Tomás se llenó de entusiasmo y comenzó a resolver la ecuación paso a paso:
- Primero, expandiré el cuadrado: x² - 10x + 25 = 0.5 * (x + 7)
- Multiplcando por 2 para eliminar la fracción: 2(x² - 10x + 25) = x + 7
- Así quedaría: 2x² - 20x + 50 = x + 7
- Llevamos todo a un lado: 2x² - 21x + 43 = 0
Ahora, se armó un lío en la cabeza de Tomás, pero la aventura no acababa, ya que Zorrito le dijo:
- ¡Espera! No te preocupes. Podemos intentar adivinar la solución, y además siempre hay otro giro inesperado.
- ¿Un giro? - preguntó Tomás, intrigado.
- ¡Sí! Viendo que la ecuación puede ser complicada, pensemos en nuestra experiencia. ¿Qué tal si intentas con números que te parezcan sensatos para tu edad? - propuso Zorrito.
Tomás letamente asintió y pensó en varias edades posibles. Después de un rato, se le ocurrió probar con 12 años.
- ¡Probémoslo! - exclamó Tomás.
- Si tengo 12 años, hace 5 años tenía 7, y su cuadrado sería 49 - continuó.
- Si tengo 12, dentro de 7 años tendré 19, así que la mitad sería 9.5. Pero... esperá. Eso no sirve. - dijo con un dejo de frustración.
Zorrito lo alentó a seguir intentando. Dijo:
- Tomás, en la vida, siempre habrá desafíos, pero lo importante es no rendirse.
Entonces, Tomás pensó y pensó. Luego de varios intentos decidió probar con 14 años.
- Si tengo 14... hace 5 años tenía 9, y 9² es 81. En el futuro, dentro de 7 años estaré en 21, y la mitad es 10.5... ¡Ups, otra vez no es!
- Casi acertaste - dijo Zorrito.
Finalmente, Tomás se dio cuenta que si probaba con 15 años: - Si tengo 15, hace 5 tengo 10, el cuadrado 100. Dentro de 7 años, 22 y la mitad justo 11. ¡Lo logré!
- ¡Bravo, Tomás! - exclamó Zorrito mientras daba vueltas en el aire de alegría. - Has resuelto el misterio. Ahora sabes que tenés 15 años, y que cada pregunta en la vida tiene respuesta si una se esfuerza por encontrarla.
Tomás sonreía, agradecido por su nuevo amigo y la lección aprendida.
- Gracias, Zorrito. ¡Me divertí mucho! - dijo mientras abrazaba al zorro. - Nunca olvidare que cada secreto que resuelvo, me hace más sabio.
Zorrito sonrió y desapareció entre los árboles, dejando a Tomás con un brillo especial en sus ojos, listo para afrontar cualquier nuevo desafío que el mundo le presentara.
FIN.