La Aventura de Tomás y su Mascota Lucho
Había una vez un pequeño niño llamado Tomás que vivía en un pueblo rodeado de montañas y bosques. Tomás tenía una mascota muy especial, un perrito llamado Lucho. Un día, Lucho se enfermó de una extraña enfermedad que solo podía curarse con una medicina especial que se encontraba en el Valle Encantado.
Tomás, decidido a ayudar a su amigo, se armó de valor y se puso en marcha hacia el Valle Encantado. Antes de salir, su madre le dijo:
"Tomás, ten cuidado. Ese valle está lleno de sorpresas, algunas muy buenas y otras no tanto."
Tomás sonrió y respondió:
"Lo sé, mamá. Pero Lucho me necesita. No hay nada que pueda detenerme."
Al llegar al inicio del valle, Tomás se encontró con un camino cubierto de flores amazónicas que brillaban con un colorido especial. Mientras avanzaba, un susurro llegó a sus oídos.
"¡Hola, pequeño! ¿Dónde vas tan apresurado?"
Era una mariposa que había tomado tamaño humano. Tomás le explicó su misión:
"Voy a buscar la medicina para mi perrito Lucho. Está muy enfermo y necesito encontrarla."
La mariposa, compasiva, le dijo:
"Te ayudaré, pero primero debes superar tres pruebas."
Tomás aceptó sin pensarlo. La primera prueba fue cruzar un río de risas. Al acercarse al río, se dio cuenta de que las risas eran contagiosas, pero al mismo tiempo llenaban de miedo a los que las escuchaban. Tomás, sin dudar, empezó a reír.
"¡Es fácil!" - gritó mientras cruzaba el río, burlándose del miedo que sentía. Cuando llegó al otro lado, la mariposa lo esperaba.
"¡Bien hecho! Ahora, la segunda prueba. Debes resolver el enigma del bosque susurrante."
Al entrar al bosque, los árboles comenzaron a hablarle:
"Si quieres seguir, responde: ¿qué es lo que nunca se puede guardar, pero perdemos todos los días?"
Tomás pensó un poco y respondió:
"Es el tiempo!"
Los árboles asintieron satisfechos y le permitieron pasar. La mariposa sonrió, pero le advirtió:
"La última prueba es la más complicada. Debes enfrentar a tus amigos del pueblo que han caído en la malignidad de la brujería."
Tomás sintió un escalofrío. Sus amigos, Juan y Paula, siempre habían sido buenos, pero ahora parecían haberse transformado. Cuando llegó al lugar, vio que estaban rodeados de humo oscuro y risas maliciosas.
"Tomás, ven con nosotros. Juntos podemos tener poderes mágicos." - dijo Juan.
Tomás se armó de valor y les respondió:
"No, amigos. La verdadera magia está en ayudar a los demás, ¡no en hacer el mal!"
Con sus palabras, los efectos de la brujería comenzaron a desvanecerse. Paula y Juan se dieron cuenta del daño que habían hecho y le pidieron disculpas.
"Tomás, te prometemos que nunca más caeremos en la trampa de la brujería."
Llegaron al final del valle y encontraron un pequeño árbol con un frasco brillante. Era la medicina que necesitaba Lucho. La mariposa dijo:
"Tómala y recuerda, lo importante es el amor que le tienes a Lucho. Esa es la verdadera magia."
Tomás regresó a casa, emocionado. Mantuvo su promesa de compartir sus aventuras con sus amigos y siempre ayudarlos a hacer el bien. Al final, encontró un nuevo lugar en su corazón para la bondad y la valentía. Lucho se recuperó rápidamente y juntos vivieron muchas más aventuras, sabiendo que la amistad es lo más importante de todas.
Y así, el Valle Encantado no solo les enseñó sobre la medicina, sino también sobre el valor de la amistad y la magia en ayudar a los demás.
FIN.