La aventura de Tristeza Bauti



Bauti era un niño con una gran imaginación, siempre estaba inventando historias y jugando con sus amigos. Sin embargo, un día Bauti se levantó sintiéndose triste sin razón aparente. La tristeza lo invadió por completo y no podía entender por qué se sentía así. "¿Qué te pasa, Bauti?", preguntó su mamá preocupada. "No lo sé, mamá. Me siento triste y no sé por qué", respondió Bauti con los ojos llenos de lágrimas. Su mamá lo abrazó con cariño y le dijo: "A veces la tristeza aparece sin saber por qué, pero juntos vamos a encontrar una forma de hacerla desaparecer". Bauti no entendía cómo sería posible, pero confiaba en su mamá.

Decidieron emprender un viaje por un mundo mágico, donde las emociones tomaban forma de coloridos personajes. En su aventura, conocieron a Alegría, una pequeña hada risueña que les contó sobre la importancia de aceptar y comprender las emociones. "A veces las emociones difíciles como la tristeza nos ayudan a valorar los momentos felices", explicó Alegría. Bauti comenzó a comprender que la tristeza era solo una parte de la vida y que no tenía que temerle.

Con el consejo de Alegría en mente, Bauti decidió enfrentar su tristeza de frente. Con la ayuda de su mamá, empezó a buscar actividades que lo hacían feliz. Descubrió que pintar, jugar al fútbol y leer cuentos lo hacían sentir mucho mejor. Poco a poco, la tristeza fue desapareciendo, dando paso a la alegría y la tranquilidad en el corazón de Bauti.

Finalmente, Bauti entendió que todas las emociones tienen su momento y que era importante vivirlas plenamente. Aprendió a hablar sobre lo que sentía y a buscar apoyo en las personas que lo querían. Desde entonces, Bauti supo que la tristeza no era su enemiga, sino una aliada que le enseñaba a valorar la alegría en su vida.

FIN.

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