La Aventura de Única y Camila
Érase una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Única. Ella siempre había sentido que había algo faltante en su vida. Cuando era muy pequeña, tenía una hermana gemela que desapareció un día, y desde entonces, Única era la única hija en casa. Aunque era feliz, siempre se preguntaba qué había pasado con su hermana.
Un día, mientras jugaba en el parque, conoció a Camila, una niña nueva en el barrio. Camila parecía amigable y divertida, y las dos rápidamente se hicieron amigas. "¿Te gustaría jugar a la pelota?" -preguntó Única con entusiasmo.
"¡Claro! Me encanta jugar a la pelota!" -respondió Camila con una gran sonrisa.
Hacían muchas cosas juntas, desde saltar la cuerda hasta construir castillos de arena. Pero, a veces, Única se sentía un poco celosa, ya que a menudo la gente decía que Camila era hermosa, y ella se preguntaba si además de eso, también la querían más que a ella.
Un día, mientras jugaban en la casa de Única, encontraron un viejo álbum de fotos en el desván. Cuando lo abrieron, quedaron sorprendidas al ver una foto de Única y su gemela cuando eran bebés. "¿Quién es ella?" -preguntó Camila, mirándola con curiosidad.
"Es... es mi hermana gemela, pero se fue cuando éramos muy pequeñas. Nunca supe qué pasó con ella" -respondió Única, sintiendo que una tristeza la invadía.
"No te preocupes, Única, quizás un día la encuentres" -dijo Camila, intentando consolarla. "Siempre estaré aquí para jugar contigo."
Un par de días después, Única decidió hablar con su mamá sobre su gemela. "Mamá, ¿alguna vez podré saber qué pasó con mi hermana?" -preguntó con un nudo en la garganta.
Su mamá la miró con ternura y le dijo: "Querida, te contaré todo en su momento. Queremos protegerte y no lastimarte."
Al día siguiente, mientras Única estaba en la escuela, Camila le comentó a su maestra sobre la situación de su amiga. "La mamá de Única tiene un secreto, y creo que ella debería saberlo" -dijo Camila.
Intrigada por el comentario, la maestra le sugirió a Camila que le decía a Única lo que sentía. Al final del día, Camila encontró a Única en el parque. "Te vi triste y creo que deberías hablar con tu mamá de nuevo. Lo que sea que ella te esté guardando podría ayudarte a sentirte mejor" -le aconsejó.
Esa tarde, Única, con valor, decidió volver a preguntar a su mamá. "Mamá, ya no quiero que me ocultes la verdad. Necesito saber qué pasó con mi gemela."
La madre, al ver la determinación en los ojos de Única, se decidió a contarle la historia. "Tu hermana se fue porque fue adoptada por una familia que podía cuidarla mejor, y yo siempre te tengo en mi corazón."
Esa respuesta trajo un alivio a Única. "Entonces, no la perdí del todo. Estoy feliz por ella, aunque la extraño" -dijo, con una sonrisa agridulce.
Extasiada, úIEsta noticia no solo la liberó de la tristeza, sino que la hizo sentir más fuerte. Comenzó a notar que Camila compartía su cariño y que, aunque no era su hermana de sangre, podía ser una amiga increíble. "Gracias por apoyarme, Camila. Eres la mejor" -le dijo Única.
Después de un tiempo, las niñas decidieron hacer una búsqueda. Camila tenía la idea de buscar a la hermana gemela de Única. Juntas, armaron un cartel que decía: "Buscamos a una niña que se llama Sofía. Era hermana de Única."
Cada día, después de la escuela, recorrían el pueblo pegando carteles, visitando hogares y hablando con las personas. Un día, mientras estaban en la plaza, una mujer se acercó a ellas. "¿Eres Única?" -preguntó.
"Sí, soy yo. ¿Por qué?" -respondió Única, sintiéndose un poco confundida.
"Soy yo, Sofía, tu hermana gemela. Te he estado buscando."
Las dos se abrazaron con alegría y lágrimas de felicidad. "¡No puedo creer que te haya encontrado!" -grito Única.
"Siempre supe que te encontraría" -dijo Sofía.
A partir de ese día, las tres se volvieron inseparables. Sofía compartió historias sobre su vida y se hicieron un nuevo vínculo, más allá de la sangre.
Así, Única comprendió que aunque Camila no era su hermana de nacimiento, el amor y la amistad son los lazos más fuertes que existen. Juntas, construyeron no solo un puente entre el pasado y el presente, sino también un vínculo que sería inquebrantable por siempre.
FIN.