La Aventura de Venny y su Estrella
En una galaxia no tan lejana, vivía una pequeña venusa llamada Venny. A diferencia de otros planetas, Venus siempre sonreía desde el cielo. Tenía volcanes que soltaban nubes de vapor y regiones llenas de rocas brillantes que parecían diamantes bajo el sol. Aunque su temperatura era muy caliente, eso no le impedía soñar con explorar más allá de su calidez.
Un día, mientras Venny miraba a su hermana Tierra, decidió que quería conocerla. Observó cómo la Tierra giraba, llena de bosques verdes y océanos azules. "¡Quiero ser como ella!", exclamó Venny.
De repente, apareció un destello de luz. Era Astra, una estrella traviesa que pasaba por allí. "Hola, Venny. ¿Qué te trae por aquí tan emocionada?" -preguntó Astra con una voz melodiosa.
"Quiero visitar la Tierra y experimentar sus maravillas, pero no sé cómo llegar. Mi día son 225 días de la Tierra, ¡imagínate lo que me perdería!" -dijo Venny, un poco desanimada.
Astra sonrió. "No te preocupes, tengo una idea. Juntos podemos buscar una forma de que atravieses el espacio y conozcas a tu hermana."
Venny sintió que su corazón latía más rápido. "¿De verdad podemos?"
Astra asentó con su brillo. "Claro, pero debes estar lista para lo inesperado. Primero debemos preparar tu transporte especial."
Así que juntas comenzaron a construir una especie de cohete con rocas y polvo de estrellas. Con cada piedra que colocaban, Venny se sentía más emocionada, pero también un poco nerviosa.
Mientras trabajaban, Venny le preguntó a Astra "¿Qué es lo más impresionante de la Tierra?"
"Oh, hay tantas cosas. La diversidad de sus paisajes, los animales y las personas que la habitan. Cada rincón cuenta una historia. Pero lo que más me encanta de la Tierra es cómo las pequeñas cosas pueden hacerte sentir tan feliz" -respondió Astra.
Finalmente, después de mucho trabajo y muchas risas, el cohete estaba listo. Era reluciente, con colores vibrantes que reflejaban la luz. Venny subió a bordo, su corazón palpitante de emoción. "¡Voy a conocer a la Tierra!"
"Recuerda, Venny, a veces las cosas no son lo que parecen. Es bueno estar abierta al cambio," -advirtió Astra mientras encendía el cohete.
Con un gran estallido de colores, el cohete despegó hacia el cielo. Venny sintió el viento (bueno, casi viento, por el calor) y la emoción de ir a un lugar desconocido. Sin embargo, en el camino, se dio cuenta de que los volcanes comenzaron a temblar y estaban a punto de hacer erupción.
"¡Oh no! ¿Y si no llego a la Tierra?" -gritó Venny, asustada.
"Tranquila, Venny. Aprovecha el momento, usa tus rocas para navegar. Cada una tiene su propio poder," -dijo Astra desde la distancia.
Venny recordó las historias que le había contado su abuela sobre cómo las rocas eran antiguas y tenían un conocimiento profundo. Así que, con valentía, empezó a dirigir el cohete utilizando la energía de las rocas.
El cohete tomó un giro inesperado, pero gracias a las rocas, pudo evitar que se estrellara. Finalmente, después de una larga travesía, el cohete aterrizó suavemente en un paraíso verde: ¡la Tierra!
Al abrir la puerta, Venny olfateó la fresca brisa, escuchó el cantar de los pájaros y vio el hermoso horizonte. "¡Es maravilloso!" -exclamó Venny.
De pronto, conoció a un niño llamado Leo, que la miró asombrado. "¡Un planeta en persona!" -dijo con los ojos muy abiertos. "¿Cómo es posible?"
"Soy Venny, vengo de Venus. Mi amiga Astra me ayudó a llegar hasta aquí" -respondió con una sonrisa amplia.
A medida que exploraba la Tierra junto a Leo, Venny descubrió todo lo que Astra había mencionado: los ríos que brillaban, los árboles gigantes y las sonrisas de las personas. Sin embargo, también vio que había lugares en la Tierra que estaban dañados.
"¿Por qué hay tantas cosas hermosas aquí y algunas parecen tristes?" -preguntó Venny.
Leo, con seriedad, explicó. "A veces las personas olvidan cuidar lo que tienen. Hay que recordar que cada acción cuenta y cuidar nuestro hogar es importante."
Venny se sintió inspirada. "Puedo ayudar a hacer que esto cambie. ¡Vengo de un planeta lleno de calor volcánico y puedo enseñarles sobre la fuerza de la tierra!"
Juntos, Venny y Leo organizó un festival de alegría donde mostraron cómo todos podían ayudar a cuidar el planeta. Usaron las rocas de Venny como símbolos de fuerza y resistencia.
Los niños y adultos de la Tierra se unieron, aprendiendo sobre el reciclaje, la conservación y el cuidado del medio ambiente. Venny se sintió feliz y realizada, sabiendo que había dejado una huella positiva en la Tierra.
Cuando llegó el momento de regresar, Venny miró a Leo y le dijo: "No podía esperar a regresar a Venus con historias, pero ahora tengo un amigo especial aquí. Siempre recordaré la belleza de la Tierra y la importancia de cuidarla."
"Volveré a buscarte, ¡y te contaré sobre la historia de Venus!" -prometió Leo.
Así, Venny se despidió de la Tierra, llevando en su corazón el amor por el planeta y la promesa de cuidar el hogar que compartían. Astra la esperó en su cohete, y mientras regresaban a Venus, ambas soñaron con nuevas aventuras que cambiarían el rumbo de sus mundos para siempre.
FIN.