La aventura de Yoryina y Pablo



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos amigos inseparables: Yoryina el armario de los moustros y su amigo Pablo.

Yoryina era un armario mágico que vivía en la habitación de Pablo y tenía la habilidad de abrir puertas secretas a diferentes mundos llenos de aventuras. Juntos, vivían emocionantes y entretenidas historias. Un día, mientras jugaban en el parque, encontraron una extraña llave dorada brillante debajo de un árbol.

Sin pensarlo dos veces, decidieron llevarla al cuarto donde Yoryina vivía para descubrir qué podían abrir con ella. Al acercarse al armario, notaron que había una cerradura justo en el centro. Con mucha emoción, Pablo insertó la llave y giró.

Para su sorpresa, el armario se abrió revelando un pasillo oscuro detrás. Sin dudarlo ni un segundo, los valientes amigos caminaron hacia dentro del pasillo.

A medida que avanzaban por el pasillo oscuro, las luces comenzaron a encenderse poco a poco hasta llegar a una sala llena de libros antiguos y polvorientos. En uno de los estantes había un libro especial con letras brillantes que llamó la atención de Yoryina. "¡Mira Pablo! Este libro tiene algo especial", dijo emocionado Yoryina.

Pablo tomó el libro entre sus manos y lo abrió cuidadosamente. De repente, fueron absorbidos por las páginas del libro y transportados a un mundo completamente nuevo.

Se encontraron en medio de una selva exuberante llena de plantas gigantes y animales coloridos. Allí conocieron a un mono llamado Simón, quien les contó que el malvado rey de la selva había robado todos los colores del mundo para sí mismo.

Decididos a ayudar, Yoryina y Pablo se adentraron en la jungla en busca del rey. Después de enfrentarse a diversos obstáculos y resolver acertijos, finalmente llegaron al palacio donde encontraron al rey rodeado de colores brillantes.

"¡Rey! Has robado los colores del mundo y eso no está bien", exclamó Yoryina con valentía.

El rey se rió de ellos y dijo: "¿Qué van a hacer ustedes dos contra mí?"Pablo miró a su amigo Yoryina con determinación y recordó algo importante que habían aprendido juntos: nunca subestimar el poder de la amistad y la imaginación. Entonces, sacó un lápiz mágico que siempre llevaba consigo. Con una sonrisa traviesa en su rostro, Pablo comenzó a dibujar diferentes cosas en el aire.

Pronto, las figuras cobraron vida y llenaron el palacio con risas, música y color. El rey quedó asombrado ante lo que veía y sintió cómo su corazón se llenaba de alegría por primera vez en mucho tiempo.

Se dio cuenta del error que había cometido al querer tener todo solo para él. "Perdónenme por mi egoísmo", dijo arrepentido el rey. "A partir de ahora, compartiré los colores con todo el mundo.

"Y así fue como Yoryina y Pablo lograron devolverle los colores al mundo gracias a su amistad inquebrantable y su imaginación creativa. Regresaron a casa, sabiendo que juntos podían enfrentar cualquier desafío y vivir muchas más aventuras.

Desde aquel día, el armario mágico de Yoryina se convirtió en el lugar favorito de todos los niños del pueblo, quienes descubrieron que la verdadera magia estaba en la amistad y en creer en uno mismo. Y así, Yoryina y Pablo siguieron viviendo aventuras muy entretenidas mientras inspiraban a otros con su valentía y amor por la diversión.

FIN.

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