La Aventura del Abecedario Perdido



En el pequeño pueblo de Letralandia, donde las letras danzaban al viento, todos los días eran una historia nueva. Pero un día, algo extraño sucedió: todas las letras del abecedario se desvanecieron. Los habitantes del pueblo, que eran palabras vivientes, empezaron a entrar en pánico.

La valiente letra A, siempre ansiosa por ayudar, exclamó: "¡No podemos quedarnos aquí sin las letras! Debemos encontrar el abecedario perdido y devolver la alegría a Letralandia!"-

Sus amigos B, C y D, rápidamente se unieron a la causa. "Estoy listo para la aventura!"-, dijo B, abriendo sus alas con determinación.

Mientras se adentraban en el Bosque de las Letras, encontraron a la traviesa letra Z, que estaba tratando de atrapar a una mariposa. "¿Has visto el abecedario, Z?"- preguntó C con curiosidad.

"No, pero puedo ayudar!"- respondió Z emocionada. "Déjenme unirme a ustedes!"- Y así, la pequeña mariposa volviendo a casa les dio la dirección de una antigua montaña que, según se decía, custodiaba un secreto.

Al llegar a la Montaña de las Vocales, se encontraron con un guardián, la Letra M, que estaba molesta. "¿Por qué han venido? Las letras deben estar muy ocupadas, ¡no hay tiempo para jugar!"- se quejaba mientras movía sus brazos en forma de cruz.

"No estamos jugando, M, necesitamos recuperar el abecedario"-, A le explicó con amabilidad.

"Si quieren las letras, tendrán que resolver un acertijo"-, M dijo, y un brillo chispeante iluminó su cara. "Solo así podrán continuar su aventura"-.

Todos los amigos se miraron, confiados. "¡Estamos listos!"- respondió D, impulsivo. M sonrió y dijo el acertijo:

"En la noche estoy, en el día no estoy, en tu boca quepo y en el viento soplo. ¿Quién soy?"-

Todos pensaron, mientras A murmuraba "¡Es la letra S!"- M asintió y con un movimiento de su mano, una brillante S apareció en el aire. Con un sonido de campanillas, las letras empezaron a surgir de la tierra.

"¡Lo logramos!"- gritaron todos. Pero de repente, un fuerte viento se llevó a la letra Z.

"¡Ayuda!"- gritó. "¡No me dejen!"- A tomó la delantera y gritó:

"No te preocupes, Z, ¡vamos a salvarte!"- Juntos, formaron una cadena humana de letras. E hizo una pirueta para desviar el viento, mientras B voló al rescate de Z.

Finalmente, con una acrobacia audaz, lograron traer de vuelta a la letra Z, quien rió de alivio. "¡Gracias, amigos! Estoy muy orgullosa de ser parte de este grupo!"-

Juntos llevaron a M, la letra S, y todas las letras de regreso a Letralandia. Cuando llegaron, el pueblo estaba lleno de alegría, con letras danzando, jugando y hablando entre sí. Las palabras comenzaron a formarse nuevamente, creando cuentos y canciones.

"Hicimos un gran trabajo, amigos!"- dijo A con una gran sonrisa. Todos se abrazaron, porque comprendieron que, aunque las letras eran importantes, lo que realmente importaba era su amistad.

Desde entonces, el abecedario nunca volvió a perderse, y cada letra comprendió que cada uno tiene un papel importante en la historia de la vida. ¡Y así, la aventura de las letras continúa en Letralandia!

FIN.

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