La Aventura del Adiós
Era un soleado día en el jardín de infantes, donde Ariana y Jared jugaban felices en la arena. Sin embargo, al mirar a su alrededor, se sentían un poco tristes. El preescolar estaba a punto de terminar y pronto comenzarían la primaria, lo que significaba dejar atrás a sus amigos y a la querida maestra Sofía.
"Ariana, ¿estás lista para la primaria?" - preguntó Jared, moviendo su juguete mientras sus pies se hundían en la arena.
"No, no quiero irme. Voy a extrañar a todos, especialmente a la maestra Sofía" - respondió Ariana, con una nube de tristeza flotando sobre su cabeza.
Ariana y Jared decidieron que necesitaban hacer algo especial antes de decir adiós. Así que se sentaron juntos, en un rincón del patio, con una idea brillante.
"¡Hagamos una fiesta de despedida!" - exclamó Jared entusiasmado.
"Sí, una fiesta donde todos puedan compartir un recuerdo" - agregó Ariana, sonriendo, la tristeza empezaba a desvanecerse un poco.
Durante los siguientes días, los dos amigos trabajaron duro. Hicieron invitaciones de colores y se aseguraron de que todos los amigos del preescolar y la maestra Sofía estuvieran invitados. Cada uno debía traer un dibujo que representara un recuerdo especial del tiempo que pasaron juntos.
El gran día llegó. Todos los niños, llenos de emoción, llegaron al patio con sus dibujitos. Había dibujos de juegos, risas y aventuras compartidas bajo el sol.
"¡Miren! Este es mi dibujo de cuando construimos la fortaleza de almohadas" - dijo Tomás, mostrando su obra con orgullo.
"¡Y este es el día en que hicimos una tormenta de nieve con papel!" - exclamó Valentina, agitando su dibujo como si fuera un verdadero tesoro.
La maestra Sofía se acercó con una gran sonrisa, emocionada por ver la creatividad de sus alumnos.
"¿Qué sorpresa es esta, chicos?" - preguntó, riendo.
"Es nuestra fiesta de despedida, maestra. Queremos que cada recuerdo quede muy bien guardado" - contestó Ariana.
Esa noche, la fiesta fue mágica. Todos los niños se sentaron en círculo y empezaron a compartir sus dibujos. Rieron y lloraron, pero sobre todo, recordaron lo importante que habían sido esos momentos en sus corazones.
"Aunque nos vayamos a la primaria, siempre seremos amigos" - aseguró Jared, tomando la mano de Ariana.
"¡Sí! Y podemos hacer un libro de recuerdos, así siempre estaremos juntos... en espíritu" - añadió Ariana, emocionándose aún más por el futuro.
Inspirados por el espíritu de amistad que habían compartido, decidieron hacer un gran mural en la pared del aula, donde todos los niños escribieron y dibujaron su más hermoso recuerdo del preescolar. Al finalizar, la maestra Sofía dijo: "Este mural es un símbolo de nuestra amistad. Cada vez que vean esos recuerdos, recordarán lo que construyeron juntos y entenderán que siempre estarán conectados, no importa dónde vayan".
Días después, cuando Ariana y Jared se sentaron en sus nuevos escritorios de primaria, notaron que había nuevos amigos, nuevos juegos y nuevas aventuras por vivir. Pero en sus corazones, siempre tendrían ese lugar especial para sus amigos del preescolar.
"Ariana, voy a extrañar a todos, pero estoy muy emocionado por lo que viene" - dijo Jared, mirando hacia adelante con alegría.
"Sí, seré bravísima en la primaria y pensaré en todos nuestros recuerdos" - respondió Ariana, sonriendo con ojos brillantes.
Así, mientras miraban hacia el futuro, se dieron cuenta de que aunque un capítulo se cerraba, otro comenzaba lleno de sorpresas y amistad.
Y aunque había tristeza por el adiós, había mucha más alegría por lo que estaba por llegar. Siempre recordarían que los lazos de amistad trascienden el tiempo y la distancia.
FIN.