La Aventura del Arcoíris



Había una vez, en un mundo lleno de colores brillantes, un pequeño pueblo llamado Coloriesta. En Coloriesta, cada día era una fiesta de colores, porque todos los habitantes eran criaturas divertidas y simpáticas que hablaban con tonos vibrantes.

Un día, los habitantes de Coloriesta se despertaron y notaron que el cielo, que siempre era azul y alegre, se había vuelto gris y triste. Todos estaban preocupados.

"¿Qué pasó con nuestro hermoso cielo?" - preguntó Lila, la mariposa de colores.

"No lo sé, Lila. Pero debemos averiguarlo" - dijo gordon, el oso juguetón.

Así que Lila y gordon decidieron emprender una aventura para descubrir por qué el cielo había perdido su color. Recorrieron el bosque de Gelatinopolis, donde los árboles eran de gelatina y los ríos de caramelo. Allí se encontraron con Rita, una rana saltarina.

"¡Hola, Rita! ¿Has visto lo que le pasó al cielo?" - preguntó Lila.

"Sí, yo creo que fue la Nube Gris. Ella siempre se siente sola, y cuando está triste, oscurece el cielo" - respondió Rita mientras saltaba de alegría.

"¿Y cómo podemos ayudar a la Nube Gris?" - preguntó gordon.

"Tal vez si le hacemos una fiesta de colores, ella se sienta mejor y vuelva a alegrarse" - sugirió Rita, mientras hacía giros en el aire.

Los tres amigos decidieron organizar la fiesta de colores más grande de Coloriesta. Pero se dieron cuenta de que necesitarían más ayuda, así que fueron a buscar a todos los amigos del pueblo: a Pablo, el pingüino pintor, y a Titi, la tortuga artista.

Cuando todos llegaron, comenzaron a idear decoraciones. Pablo pintó grandes murales en los árboles, utilizando todos los colores del arcoíris, y Titi trajo globos de diferentes formas: círculos, triángulos y estrellas.

"Este lugar va a quedar hermoso para la fiesta" - exclamó Titi, llenando el aire con colores brillantes.

"¡Sí! Y también podemos hacer un gran pastel de chocolate de colores para invitar a la Nube Gris" - sugirió gordon.

Todos trabajaron juntos, riendo y divirtiéndose, y pronto la fiesta estaba lista. Había luces, música, y colores por todas partes. La mariposa Lila voló alto, tocando el cielo blanco y gris con sus suaves alas.

"¡Vamos a invitar a la Nube Gris!" - gritó emocionada.

Así que, con el corazón lleno de esperanza, Lila, gordon y Rita se acercaron a la Nube Gris.

"¡Nube Gris! Ven a nuestra fiesta!" - gritaron juntos.

La Nube Gris, al principio, se asustó. No estaba acostumbrada a que la invitaran a nada. Pero cuando miró hacia abajo y vio todas las decoraciones y colores, empezaron a brillar sus bordes.

"¿Yo... yo puedo ir?" - preguntó la Nube, un poco tímida.

"¡Por supuesto! Cuantos más colores, mejor!" - respondió Lila, animándola.

La Nube Gris bajó lentamente y, al llegar a la fiesta, todos la recibieron con abrazos y sonrisas. Ella, un poco temerosa, comenzó a dejar caer gotas de agua, pero no eran gotas tristes; eran como confetis de colores que caían del cielo.

"¡Miren! Son gotas de arcoíris!" - gritó gordon, saltando de felicidad.

La fiesta fue un éxito, y la Nube Gris se dio cuenta de que no tenía por qué estar sola. Bailó con todos los amigos y se unió a la diversión, ¡y el cielo se iluminó con los colores del arcoíris más brillante que jamás habían visto!

Desde ese día, la Nube Gris se volvió la mejor amiga de los habitantes de Coloriesta, y nunca más volvió a oscurecer el cielo:

"Gracias por hacerme sentir especial, amigos" - dijo con una gran sonrisa, mientras adornaba el cielo con destellos de colores.

Y así, en Coloriesta, siempre había colores, risas, y, sobre todo, amistad. Fin.

FIN.

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