La Aventura del Bosque de las Cuatro Amigas


Era viernes por la tarde y Sofía, Lucía, Martina y Valentina estaban emocionadas porque habían organizado una salida para el fin de semana. Querían ir a acampar al bosque cerca del río y pasar dos días increíbles juntas.

-¡Chicas, ya compré las bolsas de dormir! -dijo entusiasmada Martina. -Yo me encargué de llevar los snacks -agregó Valentina. -Sofía trajo la carpa y yo conseguí las linternas -dijo Lucía. Pero cuando empezaron a empacar sus cosas, surgieron algunas discusiones.

Martina quería llevar su guitarra para cantar alrededor del fuego, pero Sofía no estaba segura si iba a ser seguro en el bosque.

Lucía pensaba que debían caminar más temprano para llegar antes del anochecer, pero Valentina prefería tomarlo con calma. -¡No podemos llevar todo lo que queremos! ¡La mochila ya está muy pesada! -gritó Sofía frustrada. -¡Y tampoco podemos caminar hasta medianoche! ¡Tienen que entender que hay un horario que cumplir! -respondió Lucía molesta.

Las chicas se miraron incómodas durante unos minutos hasta que Valentina dijo:-Chicas, vamos a respirar profundo y pensar en cómo resolver esto juntas. No podemos pelear entre nosotras antes de empezar nuestra salida.

Después de unos minutos de reflexión colectiva llegaron a un acuerdo: dejarían la guitarra en casa (pero prometieron hacer una fogata sin ella), caminarían con tranquilidad pero sin detenerse tanto como quería Valentina, y se ayudarían entre todas para llevar las mochilas.

Finalmente, llegaron al bosque y armaron la carpa con éxito. Prepararon una cena deliciosa en el fuego y cantaron canciones juntas. Pero durante la noche empezó a llover fuerte y la carpa comenzó a filtrar agua.

-¡Chicas, esto es un desastre! ¡Nos vamos a mojar todas! -dijo Martina asustada. -Pero no podemos irnos ahora, estamos en medio de la nada -respondió Lucía preocupada.

Fue entonces cuando Sofía tuvo una idea: recordó que su mamá le había enseñado cómo hacer un techo improvisado con ramas y hojas para protegerse de la lluvia. Las chicas trabajaron juntas bajo la lluvia para construir su propio refugio improvisado y lograron pasar una noche seca y segura.

Al día siguiente el sol salió radiante y las amigas fueron a explorar el bosque juntas. Descubrieron plantas nuevas, rastros de animales salvajes e incluso encontraron un pequeño riachuelo donde pudieron bañarse.

-¡Chicas, esto es lo mejor que nos ha pasado en mucho tiempo! ¡Gracias por ser mis amigas! -dijo Valentina emocionada mientras abrazaba a sus tres amigas. Las chicas regresaron a casa felices y cansadas después de dos días llenos de aventuras juntas.

Y aunque habían tenido algunas discusiones antes de partir, aprendieron que trabajar juntas siempre lleva a soluciones creativas e inolvidables momentos compartidos.

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