La Aventura del Bosque y la Montaña



En un rincón mágico del mundo, había un bosque lleno de árboles frondosos, flores de colores brillantes y criaturas maravillosas. Todos los días, los habitantes del bosque, como la curiosa ardilla Lila y el sabio búho Don Tito, se reunían a contar historias y jugar. Sin embargo, había una cadena montañosa cerca, y los seres del bosque la miraban con un poco de miedo, pues decían que estaba habitada por elementos sin vida que podían asustar.

Un día, mientras Lila saltaba de rama en rama, vio algo curioso al pie de la montaña. Un gran peñasco, de apariencia amistosa, parecía estar triste.

"¿Por qué estás tan triste, amigo peñasco?" - le preguntó Lila, acercándose con cuidado.

"Me llamo Roca y estoy aquí solo. Todos piensan que no tengo emociones ni puedo hablar, pero me gustaría tener amigos y conocer el mundo más allá de esta montaña" - respondió Roca, mientras se movía ligeramente.

Lila se sintió triste por la roca y decidió ayudarla. "Voy a organizar una reunión con todos en el bosque para que puedan conocerte. ¡No estés triste más!"

Lila corrió al bosque y reunió a sus amigos. "Chicos, tenemos que ir a conocer a Roca, ¡es un nuevo amigo!" - exclamó entusiasmada. Pero sus amigos mostraron reticencia.

"No sé, Lila. Los elementos sin vida son extraños y pueden tener miedo de nosotros" - dijo Don Tito, con su voz sabia.

Pero Lila estaba decidida. "No podemos juzgar a alguien solo por su apariencia. ¡Vamos!" - y con gran determinación, llevó a todos hacia la base de la montaña.

Cuando llegaron, Roca miró a todos con curiosidad. "¡Hola! Nunca pensé que vendrían a visitarme" - dijo con una gran sonrisa.

"¡Hola, Roca!" - dijeron los animales al unísono, algo nerviosos.

La reunión fue un éxito. Roca les contó historias de cómo se formó la montaña, de su larga vida, y de lo que había aprendido observando el bosque.

Al día siguiente, Lila tuvo una idea brillante. "Si Roca tiene tanto que ofrecer, ¡podemos invitarlo a una fiesta del bosque!" - y así lo hicieron. Todos trabajaron juntos: las criaturas recogieron frutas, las flores decoraron el lugar, y Roca, siempre entusiasmado, ofreció su amplia sombra como refugio.

El día de la celebración llegó, y Roca brillaba de felicidad. Nunca había tenido tantos amigos. "Agradezco mucho todo lo que han hecho por mí. ¡Nunca me sentí tan vivo!" - dijo, con lágrimas de alegría en sus ojos de piedra.

La fiesta fue un evento inolvidable. Jugaron juegos, cantaron canciones y Roca contó historias de aventuras en las que los elementos sin vida se unieron a los seres vivos.

Sin embargo, de repente, una nube oscura se asomó sobre la montaña y comenzó a rugir. "¡Es un trueno!" - gritó Lila, asustada.

"No teman, amigos. A veces, el trueno es sólo el eco de la montaña hablando" - dijo Roca con calma.

Los habitantes del bosque se miraron entre sí, desconcertados. "¿Pero cómo podemos jugar si está todo nublado?" - preguntó un pequeño conejo.

"Escuchen, a veces la lluvia es necesaria para que las flores crezcan. Quizás, si nos unimos podemos descubrir algo mágico" - sugirió Roca.

Así los animales se unieron a la roca y comenzaron a cantar y bailar bajo la lluvia, disfrutando del momento. Se dieron cuenta de que no era tan malo compartir ese instante.

Cuando la tormenta pasó, un arcoíris brillante apareció sobre la montaña. "¡Miren!" - exclamó Lila, llena de asombro.

De pronto, los árboles de la montaña comenzaron a florecer, y Roca la miró con apreciación. "Ese es el hermoso regalo de la naturaleza. Todos coexistimos, seres vivos y elementos sin vida. Juntos formamos un equilibrio." - concluyó Roca con una mirada sabia.

Desde ese día, los amigos del bosque y Roca la roca fueron inseparables. Aprendieron que lo diferente no es algo que deba asustarnos, sino que debe ser celebrado. Con cada historia y rincón de diálogo, cada parte del mundo tenía algo especial que ofrecer.

Así, el bosque y la montaña vivieron en armonía, recordando que, a veces, el mejor amigo puede venir de un lugar inesperado.

FIN.

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