La Aventura del Mapa del Tesoro



Era un día común en el barrio de Yoni. Mientras ayudaba a su mamá a limpiar el altillo, encontró un viejo baúl cubierto de polvo. Curioso, decidió abrirlo. Dentro, halló un misterioso mapa con la inscripción: "¡Sigue las señales y encontrarás el tesoro!". Con el corazón latiendo de emoción, Yoni corrió a contarle a sus amigos.

"¡Chicos, chicos! Encontré un mapa del tesoro en mi casa!" -exclamó Yoni con los ojos brillando.

"¡No puede ser!" -dijo Tomi, su mejor amigo. "¿Dónde dice que está el tesoro?" -inquirió Sofía, la más aventurera del grupo.

El grupo, formado por Yoni, Sofía, Tomi y Lucas, decidió embarcarse en una búsqueda que sería mucho más que una simple aventura. Con el mapa en mano, se prepararon con linternas, bocadillos y mucha energía.

Así fue como comenzaron su recorrido. "Según el mapa, el primer destino es el viejo árbol del parque" -dijo Yoni, apuntando con su dedo.

Al llegar, vieron que el árbol tenía una marca tallada.

"¡Aquí hay una pista!" -gritó Sofía, emocionada. La pista decía: "Donde el río canta y las flores bailan, la aventura comienza". Todos se miraron y Lucas comentó,

"¡Esa debe ser la ribera del río! Vamos para allá!"

Cuando llegaron, encontraron una hermosa vista, pero también un pequeño desafío: un puente construido con troncos.

"¿Y si se rompe?" -se preocupó Tomi. "No sé si quiero arriesgarme".

"Pero si no lo intentamos, nunca sabremos qué hay del otro lado" -respondió Yoni, tratando de animarlos. Después de un momento de duda, decidieron cruzar.

Mientras avanzaban, escucharon un crujido, pero lograron llegar al otro lado. Aliviados, todos celebraron.

"¡Lo logramos!" -dijo Lucas.

En la ribera, encontraron una segunda pista que decía: "Donde la sombra juega, la luz no se apaga".

Los niños quedaron pensando.

"¿Qué puede significar eso?" -preguntó Sofía.

"¡Vamos a buscar un lugar con sombra!" -sugirió Yoni. Buscaron un rato hasta que encontraron un claro con un gran roble donde el sol se filtraba a través de las hojas.

"¡Aquí!" -gritó Lucas, señalando una roca que proyectaba una sombra.

Allí encontraron la tercera pista: "El último paso es el más dulce, donde los caramelos crecen".

Los chicos se miraron entusiasmados.

"¡La confitería de Doña Rita!" -exclamó Tomi.

Corrieron hasta la confitería, ansiosos. Al llegar, encontraron a Doña Rita sonriendo.

"Los vi venir. ¿Buscando algo especial?" -preguntó ella.

Con la ayuda de Doña Rita, los niños buscaron en su jardín, donde había una plantación de dulces.

"¡Aquí está!" -gritó Sofía, al encontrar un pequeño cofre escondido detrás de un gran frutal.

Todos rodearon el cofre con la respiración contenida. Al abrirlo, encontraron... ¡golosinas!"¡Esto es un tesoro!" -rió Yoni, mientras todos disfrutaban de sus dulces y compartían risas.

"Esto es increíble, pero la verdadera aventura fue el tiempo que pasamos juntos" -dijo Lucas con una sonrisa.

Aquel día aprendieron que, aunque la búsqueda del tesoro fue emocionante, lo más valioso era la amistad y las aventuras compartidas.

FIN.

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