La Aventura del No



En un pequeño pueblo llamado Arcoiris, vivía un grupo de amigos: Sofí, Tomi y Luli. Eran inseparables y siempre estaban buscando nuevas aventuras. Un día, mientras exploraban el bosque que estaba al lado del pueblo, encontraron un misterioso letrero que decía: "¡Cuidado con el No!".

- ¿Qué querrá decir esto? - preguntó Sofí, frunciendo el ceño.

- No sé, pero me da curiosidad - respondió Tomi, moviendo la cabeza en señal de acuerdo. - Vamos a averiguarlo.

- Sí, vamos - agregó Luli, emocionada.

Así, los amigos se adentraron en el bosque. A medida que caminaban, comenzaron a notar cosas extrañas. Cada vez que decían —"no"  en una situación, algo curioso sucedía. Por ejemplo:

- No quiero cruzar ese arroyo - dijo Sofí, y de repente, un pequeño puente apareció mágicamente, facilitando el cruce.

- No tengo miedo de las alturas - dijo Tomi, y un globo aerostático llegó volando, ofreciendo un paseo.

- No quiero perder esta aventura - exclamó Luli, y de pronto, un camino iluminado se extendió ante ellos, guiándolos hacia un lugar mágico.

Pasaron un rato disfrutando de las maravillas que ocurrían cada vez que decían —"no" , pero pronto empezaron a preguntarse ¿qué pasaría si dijeran "sí"?

- ¿Qué les parece si probamos? - sugirió Sofí, con curiosidad. - ¿Qué podría pasar?

Decidieron decir "sí" a todo, y lo que siguió fue una experiencia sorprendente. Al decir "sí" para cruzar el arroyo sin el puente, cayeron directamente en el agua.

- ¡Ahhh! - gritaron al unísono, riendo mientras nadaban.

- ¡Esto es genial! - exclamó Sofí. - A veces, un poco de emoción trae alegría.

- Sí, pero hay que tener cuidado - continuó Tomi, tratando de nadar hacia la orilla.

Mientras intentaban salir del agua, notaron que el letrero con la advertencia del —"No"  había cambiado. Ahora decía: "Hazlo a tu manera". Los amigos decidieron que podían combinar ambos enfoques. Podían usar “sí” y “no” para vivir aventuras más sensatas.

- Entonces, ¿qué tal si hacemos una lista con aventuras donde decimos 'no' y 'sí'? - sugirió Luli.

- ¡Gran idea! - dijeron los demás.

Hicieron la lista y comenzaron a experimentar, descubriendo que a veces un 'no' les brindaba una solución, mientras que un 'sí' les permitía disfrutar un poco más.

Así, aprendieron a balancear el valor de los 'no' cuando era necesario y a aprovechar los 'sí' para vivir momentos divertidos. En una montaña llena de flores brillantes, dieron por terminado su día.

- Creo que hemos aprendido algo importante hoy - dijo Sofí, mientras admiraba el paisaje.

- Sí, hay que conocer el poder de las palabras - añadió Tomi.

- Y que cada aventura puede ser única, dependiendo de cómo la vivamos - concluyó Luli, sonriendo.

A partir de ese día, los tres amigos exploraron el mundo a su manera, disfrutando tanto de los 'sí' como de los 'no'. Y así, el letrero mágico del bosque, que les advirtió sobre el poder de las palabras, quedó grabado en su memoria como una de las lecciones más valiosas que tuvieron en su niñez.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!