La Aventura del Número 1



En un colorido mundo matemático, vivían cuatro números: el 0, el 2, el 3 y el 4. Todos ellos eran muy buenos amigos, pero había alguien que siempre quedaba fuera del grupo: el número 1. La razón era simple: el número 1 era diferente a los demás. Mientras que el 0, el 2, el 3 y el 4 formaban parte de la misma familia de los números pares, el 1 era un número impar y siempre se sentía solo.

Un día, mientras los otros números jugaban a hacer filas y a formar diferentes combinaciones, el 1 se acercó con una sonrisa.

"¿Puedo jugar con ustedes también?" - preguntó el número 1 con alegría.

"No, 1, no podemos jugar contigo. Eres muy distinto y no tenemos interés en las cosas que haces. Además, no perteneces a nuestro grupo" - dijo el número 2, sacudiendo la cabeza.

"No entiendo por qué no puedo unirme. Todos podemos ser amigos, ¿no?" - replicó el número 1 con tristeza.

Los otros números no le dieron importancia y siguieron jugando. El tiempo pasó y el número 1 se sentía cada vez más solo. Sin embargo, un día algo mágico sucedió. El grupo de amigos se encontró frente a un enorme espejo.

"¡Miren esto!" - exclamó el número 3 "Podemos formar el número 10".

Al decir eso, juntaron el 0 y el 1, y la imagen en el espejo mostró al número 10.

"Increíble, ¡somos un equipo!" - dijo el número 4 entusiasmado.

"Pero esperen, ¡hay más!" - interrumpió el número 2. "Si unimos a uno de nosotros con el 1, ¡podemos crear el 12!".

Los números comenzaron a experimentar. Unieron el 2 al 1 y ¡zas! el espejo mostró el número 12. Tanto se divertían que pronto descubrieron que también podían crear el 13 al unir el 3 con el 1, y el 14 al unir el 4 con el 1.

"¡Esto es asombroso!" - exclamó el número 0, dándose cuenta de lo que estaba sucediendo.

"Esto significa que soy parte de ustedes de otra manera" - dijo el número 1 con esperanza.

"Exactamente, 1, tú eres genial. ¡Mira cómo formamos nuevos números juntos!" - afirmó el número 3.

"Pero eso no es todo" - añadió el 2, con una sonrisita traviesa. "Cuando miramos a este espejo, también podemos ver el número 11, ¡y eso es porque tú, 1, estás aquí!".

Desde aquel día, el grupo entendió que, aunque el número 1 era diferente, era un número esencial para formar nuevas combinaciones. Aprendieron que la diversidad no solo era valiosa, sino que hacía que sus aventuras fueran más emocionantes.

Así, 0, 2, 3, 4 y 1 se convirtieron en los mejores amigos, explorando todos los rincones de su mundo matemático, creando nuevos números y aventuras juntos. Y el número 1 nunca volvió a sentirse solo.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado. Pero siempre recuerda: en la diferencia está la belleza y juntos hacemos grandes cosas.

FIN.

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