La Aventura del Pato, la Gallina, el Maíz, el Perro y el Agua



Había una vez en una granja muy colorida, un pato llamado Pato, una gallina llamada Gallina, un perro llamado Perro y un saco de maíz muy especial. Un día, mientras todos jugaban en el campo, decidieron hacer una competencia de habilidades.

Pato se acercó volando y dijo:

"¡Hola, amigos! ¿Qué les parece si hacemos una carrera? ¡El que llegue primero al estanque será el ganador!"

Gallina, siempre lista para divertirse, respondió:

"¡Me parece excelente! Yo soy muy rápida. Aunque tengo que admitir que no sé nadar tan bien como vos, Pato."

Perro, que estaba descansando bajo la sombra de un árbol, ladró emocionado:

"¡Yo puedo correr y saltar muy rápido! ¡Hay que hacer esto!"

Y el maíz, que estaba en una bolsa tranquila, dijo con su voz suave:

"¡Me encanta la idea! Pero… ¿quién nos ayudará a contar los puntos?"

Pato, muy ingenioso, exclamó:

"¡Yo me encargaré de eso!"

Y así la carrera comenzó. Pato voló rápidamente hacia el estanque, mientras Gallina corría con todas sus fuerzas. Perro, alegre y saltarín, los siguió de cerca. Sin embargo, cuando llegó al estanque, Pato se dio cuenta de que algo sorprendente estaba pasando.

Había un gran grupo de ranas que se estaban preparando para un concurso de saltos, y el agua del estanque empezó a burbujear. Las ranas, al ver a Pato, le dijeron:

"¡Pato! Necesitamos ayuda. ¡El agua del estanque se ha vuelto un poco turbia y no podemos saltar!"

Pato se preocupó y decidió preguntar a sus amigos:

"Gallina, Perro, ¿podrían ayudarme a aclarar el agua?"

Gallina respondió:

"¡Por supuesto! ¿Qué necesitamos?"

Perro agregó:

"Yo puedo buscar ramas para hacer un canal y así mover el agua."

El maíz, con un brillo en sus granos, dijo:

"Yo puedo ayudar a repartir algunas semillas para atraer a los peces que limpiarán el estanque."

Así que se pusieron manos a la obra. Pato voló alrededor mientras Gallina y Perro trabajaban juntos para hacer un pequeño canal. El maíz fue esparciendo semillas por el agua, y los peces comenzaron a llegar. En un momento, el agua volvió a su color cristalino. Las ranas estaban encantadas y empezaron a saltar felices.

"¡Gracias, amigos!" – dijo una rana con alegría.

"Ahora podemos realizar nuestro concurso de saltos. Ustedes son verdaderos héroes."

De repente, el cielo comenzó a oscurecerse, y todos miraron hacia arriba. Una tormenta se acercaba. Mientras comenzaban a preocuparse, el maíz contó:

"Si seguimos trabajando juntos, podemos hacer un refugio para todos. ¡No hay que rendirse!"

Inspirados por las palabras del maíz, decidieron construir un refugio usando plantas y hojas grandes. Pato voló para recoger más hojas, Gallina hizo su parte para unirlas, y Perro ayudaba a mantener todo en orden. Al finalizar, lograron un gran refugio donde todos los animales y las ranas pudieron resguardarse de la tormenta.

Cuando la lluvia cesó, todos salieron de su refugio. Las ranas estaban tan felices que comenzaron a saltar y a agradecer:

"¡Lo logramos gracias a ustedes!"

"Nunca había visto un trabajo en equipo tan increíble. ¡Ustedes son los mejores!"

Pato miró a sus amigos y les dijo:

"Nunca imaginé que esta carrera se convertiría en esta gran aventura. El trabajo en equipo es siempre la mejor habilidad que podemos tener."

Gallina agregó:

"Y lo mejor de todo, ¡hicimos nuevos amigos!"

Perro movió su cola con entusiasmo:

"Sí, ¡y aprendimos que juntos podemos hacer cualquier cosa!"

Desde aquel día, Pato, Gallina, Perro y el maíz no solo fueron ganadores de una carrera, sino que también se convirtieron en grandes amigos que siempre se ayudaban mutuamente. Y así, en el corazón de una granja mágica, continuaron sus aventuras, siempre listos para lo que viniera.

FIN.

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