La Aventura del Perrito Perdido
Era un hermoso día de sol en la ciudad, y dos amigas, Lía y Sofía, decidieron llevar a sus mascotas al parque. Lía tenía un perrito llamado Rocco, un pequeño golden retriever lleno de energía, y Sofía tenía un gatito llamado Mimo, un travieso felino de pelaje rayado.
"¡Vamos a jugar a la pelota!" - sugirió Lía emocionada.
"¡Sí! Rocco adorará eso" - respondió Sofía mientras acariciaba a Mimo.
Así que las dos amigas se dirigieron a la zona verde del parque, donde había mucho espacio para correr. Lía lanzó la pelota y Rocco salió disparado tras ella, mientras Mimo, más tranquilo, observaba a Rocco de lejos.
Pero, de repente, en medio del juego, una mariposa de colores brillantes apareció volando. Rocco, al verla, olvidó la pelota y salió corriendo tras la mariposa, perdiéndose entre los árboles.
"¡Rocco! ¡Vuelve aquí!" - gritó Lía, dándose cuenta de que su perrito ya no estaba a la vista.
"Oh no, Lía, ¿dónde se fue?" - dijo Sofía preocupada.
Las dos amigas se miraron, llenas de preocupación por la ausencia de Rocco. Decidieron no quedarse quietas.
"¡Vamos a buscarlo!" - exclamó Lía.
"Sí, no podemos dejar que se pierda" - respondió Sofía con determinación.
Comenzaron a buscar por el parque, llamando a Rocco una y otra vez. Pasaron por senderos, alrededor de los bancos y cerca de los arbustos, pero no había señal del pequeño golden retriever.
Mientras buscaban, notaron a un grupo de niños que estaban jugando con una pelota de colores en la cancha cercana.
"Tal vez Rocco se unió a ellos" - sugirió Sofía.
"¡Buena idea! Vamos a preguntarles" - dijo Lía y se acercaron a los niños.
"Hola, chicos. ¿Han visto a un perrito dorado?" - preguntó Lía.
"Sí, lo vimos correr hacia el lado de los árboles" - contestó un niño.
"¡Gracias!" - dijeron Sofía y Lía al unísono, y partieron hacia donde los niños les indicaron.
En el camino, las amigas se encontraron con una señora que paseaba a su perro.
"Disculpe, señora, ¿ha visto a un perrito llamado Rocco?" - preguntó Sofía.
"No, pero puedo ayudar a buscarlo. ¿Qué aspecto tiene?" - preguntó amablemente la señora.
"Es dorado y tiene una collar rojo con su nombre" - respondió Lía.
"Perfecto, vamos a buscar" - dijo la señora, y juntos continuaron la búsqueda.
De repente, un sonido de ladridos se oyó al fondo. Lía y Sofía se miraron esperanzadas.
"¿Escuchaste eso?" - preguntó Lía entusiasmada.
"Sí, ¡es Rocco! Vamos!" - dijo Sofía, corriendo hacia el sonido.
Al llegar a un pequeño arbusto, encontraron a Rocco atrapado, asustado y temblando.
"¡Rocco!" - gritó Lía, arrodillándose. "Aquí estoy, amigo. No te preocupes, ya estamos aquí."
Rocco salió corriendo, saltando de alegría y lamiendo la cara de Lía.
"¡Qué susto nos diste! Nunca más te alejes así" - le dijo Lía mientras abrazaba a su perrito.
"Momo, vos también no te asustes, somos un equipo y siempre vamos a encontrar a los que amamos" - agrego Sofía, acariciando a Mimo.
Las tres amigas se quedaron un rato en el parque, disfrutando de la compañía y jugando juntos. De ese día aprendieron que nunca hay que perder la calma y que juntos pueden superar cualquier desafío. Siempre es bueno compartir y contar con la ayuda de otros en momentos difíciles.
Cuando el sol comenzó a esconderse en el horizonte, Lía y Sofía se despidieron de la señora que las ayudó y comenzaron a caminar hacia casa, llevando a sus mascotas felices.
"Hoy fue una gran aventura" - dijo Lía.
"Y aprendimos lo importante que es cuidar de nuestros amigos" - completó Sofía.
Y así, con el corazón lleno de alegría, las dos amigas y sus adorables mascotas regresaron a casa, sabiendo que siempre se cuidarían mutuamente, sin importar lo que viniera en el futuro.
FIN.