La Aventura del Tren Varado
Había una vez un grupo de amigos muy divertidos que decidieron hacer un viaje en tren. Ellos se llamaban Tomás, Sofía, Juan y Martina. Todos estaban muy emocionados porque era la primera vez que hacían un viaje juntos.
El tren partió temprano en la mañana y los amigos se sentaron juntos en el mismo vagón. Mientras el tren avanzaba por los hermosos paisajes, los amigos comenzaron a hablar y reírse.
- ¡Qué lindo es todo esto! -dijo Sofía mientras miraba por la ventana. - Sí, es increíble -respondió Juan-. Me encanta ver cómo las montañas parecen acercarse cada vez más. De repente, el tren comenzó a moverse de forma extraña.
Los amigos se asustaron un poco al principio, pero luego empezaron a reírse pensando que era solo una pequeña sacudida del tren. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que algo no estaba bien.
El tren estaba perdiendo velocidad y finalmente se detuvo completamente en medio del campo. - ¡Oh no! ¿Qué vamos a hacer ahora? -preguntó Martina preocupada. Los amigos trataron de llamar por teléfono para pedir ayuda, pero descubrieron que no había señal en esa zona rural donde habían quedado varados.
- ¡Estamos atrapados aquí! -exclamó Tomás desanimado-. ¿Cómo vamos a salir? Pero Sofía no quiso rendirse tan fácilmente.
Se le ocurrió una idea brillante:- Escuchen chicos, tenemos dos opciones: podemos seguir lamentándonos o podemos hacer algo divertido mientras esperamos ayuda. Yo voto por lo segundo. Los amigos estuvieron de acuerdo y comenzaron a buscar formas de entretenerse. Descubrieron que había una pequeña tienda en el vagón donde vendían golosinas y juegos de mesa.
Compraron algunos dulces y empezaron a jugar al ajedrez, las cartas y otros juegos. De repente, la puerta del vagón se abrió y entró un hombre mayor. Era el maquinista del tren. - Lo siento chicos -dijo con tristeza-.
No puedo arreglar el tren aquí mismo. Pero tengo una idea: ¿qué tal si hacemos una caminata hasta el pueblo más cercano? Allí podrán encontrar ayuda para regresar a casa.
Los amigos aceptaron emocionados la propuesta del maquinista y salieron corriendo del tren hacia la aventura. Caminaron por horas bajo un sol ardiente, pero nunca perdieron su buen humor ni sus ganas de divertirse. Cantaron canciones, contaron chistes y se divirtieron como nunca antes lo habían hecho.
Finalmente llegaron al pueblo donde encontraron ayuda para regresar a casa sanos y salvos. A pesar de los contratiempos en su viaje en tren, los amigos aprendieron que siempre hay algo positivo que sacar incluso de las situaciones más difíciles.
Y sobre todo, descubrieron que juntos pueden superar cualquier obstáculo mientras están acompañados por la amistad y la alegría.
FIN.