La Aventura del Zoológico



Era un soleado viernes en el colegio Leonardo Da Vinci, y la emoción en la clase de primero A era palpable. Los niños y niñas estaban listos para su tan esperado paseo al zoológico. La maestra, la señorita Valeria, les explicó que aprenderían sobre los animales y su hábitat mientras se divertían.

"¿Quién está emocionado?" - preguntó la señorita Valeria.

"¡Yo!" - gritó Tomás, levantando la mano.

"Yo también, yo también!" - dijo Sofía, saltando en su lugar.

Con sus mochilas listas y las viandas preparadas, el grupo abordó el micro que los llevaría a la aventura. Durante el trayecto, la maestra les contó curiosidades sobre los animales que verían.

"Hoy vamos a aprender sobre los animales en peligro de extinción. ¿Alguien sabe qué significa eso?" - preguntó la señorita Valeria.

Diego levantó la mano.

"Significa que hay poquitos, ¿no?"

"Exactamente, Diego. Vamos a descubrir cómo cuidar de ellos" - respondió la maestra con una sonrisa.

Al llegar al zoológico, los niños estaban desbordantes de energía, y la aventura comenzó. La primera parada fue la sección de los elefantes. Los niños quedaron fascinados al ver a una madre elefante cuidando a su cría.

"¡Mirá, mirá! ¡Es igual a un bebé gigante!" - exclamó Agustín.

"¿Por qué tienen orejas tan grandes?" - preguntó Valentina.

"Las necesitan para regular su temperatura. ¡Son muy inteligentes!" - explicó la maestra.

Luego pasaron por la zona de los tigres. Algunos niños sentían un poco de miedo al ver la enorme criatura.

"¿Y si se escapa?" - dijo Juana preocupada.

"No te preocupes, están en un lugar seguro. Son muy fuertes y hermosos, pero debemos respetar su espacio" - respondió la señorita Valeria.

Finalmente, llegaron a la sección de los pájaros. Allí vieron coloridos loros, aves zancudas y hasta un flamenco de una belleza deslumbrante.

"¡Mirá ese loro! Es como un arcoíris!" - exclamó Lucas, asombrado.

"Y hay que cuidar esos colores, porque muchos de estos pájaros están en peligro" - dijo la maestra.

Los niños escuchaban atentamente a la maestra y comenzaron a comprender la importancia de proteger a los animales. Sin embargo, de repente, escucharon un gran alboroto.

"¡Miren!" - gritó Sofía, señalando hacia un grupo de personas que rodeaban el área de los rinocerontes.

Un rinoceronte había salido de su hábitat y estaba caminando libremente por el zoológico. La gente estaba asustada y no sabía qué hacer. La señorita Valeria, con gran calma, dijo:

"No se asusten. Mantengamos la distancia y no lo asustemos. Los cuidadores del zoológico seguramente vendrán a ayudarlo. ¿Qué podemos hacer nosotros para ayudar?"

Diego, tomando la iniciativa, sugirió:

"Podemos quedarnos juntos y alejados, así estamos seguros."

Los niños formaron un círculo, se tomaron de las manos y se hicieron silencio, observando cómo los cuidadores del zoológico se acercaban al rinoceronte con mucha precaución.

"¡Vamos equipo!" - animó Valentina, mientras todos aplaudían y animaban a los cuidadores.

Poco a poco, los cuidadores lograron guiar al rinoceronte de regreso a su zona de seguridad y los niños vitorearon.

"¡Lo lograron!" - gritó Agustín, saltando de alegría.

"¡Ese fue un trabajo en equipo!" - añadió Sofía feliz.

Cuando el caos pasó, la señorita Valeria reunió a todos.

"¿Vieron cómo cada uno pudo hacer algo para ayudar? A veces, las situaciones pueden asustarnos, pero si trabajamos juntos, podemos lograr cosas increíbles."

Al finalizar la excursión, los niños estaban cansados, pero contentos. Antes de abordar el micro, la maestra les recordó la importancia de cuidar a los animales y sus hábitats.

"Lo que aprendimos hoy no se queda aquí. Cada uno puede hacer algo por el planeta. ¿Quién se compromete a cuidar del medio ambiente y de los animales desde casa?" - preguntó la maestra.

"¡Yo! ¡Yo! ¡También yo!" - gritaron todos al unísono.

Y así, el curso de primero A volvió a su colegio con nuevos aprendizajes y un compromiso por cuidar del mundo que los rodeaba. Todos entendieron que, aunque eran pequeños, podían hacer una gran diferencia cuando se unían, convirtiendo su excursión al zoológico en una experiencia inolvidable y educativa.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!