La Aventura en Alto Lima



En un hermoso barrio de Alto Lima, vivían dos perros adorables: Vico, un labrador dorado siempre lleno de energía, y Nelly, una coqueta perrita cocker spaniel con unos ojos que brillaban como estrellas. Aunque su hogar era pequeño, siempre estaba lleno de amor y felicidad.

Un día soleado, después de un divertido juego en el parque, Vico y Nelly se sentaron en el jardín a descansar.

"¿Sabés, Nelly?" - dijo Vico mientras movía su cola alegremente. "Hoy quiero hacer algo especial. ¡Quiero aventurarme más allá del barrio!"

"¿Allá afuera? Pero, Vico, puede ser peligroso..." - contestó Nelly, un poco preocupada.

"¡Pero será emocionante! Y podemos aprender cosas nuevas. Vamos, será divertido y estaré contigo para cuidarte." - dijo Vico con su típica energía contagiosa.

Finalmente, Nelly aceptó, y juntos salieron a explorar el mundo más allá de su casa. Al caminar por las calles, se encontraron con un grupo de gatos en una plaza.

"¡Miren quiénes son esos dos perros!" - se burló uno de los gatos, llamado Rocco. "¿Vienen a jugar o a perder?"

Vico, con una sonrisa desafiante, respondió: "¡Venimos a aprender y jugar! No tenemos miedo de ustedes."

Rocco se acercó más, intrigado. "Bien, ¿qué tal una carrera? Si ganan, los dejaremos en paz, pero si pierden, tendrán que salir corriendo."

Nelly, asustada, le susurró a Vico: "No sé si deberíamos competir con ellos…"

"Nosotros podemos hacerlo, Nelly. Prometo que no habrá miedos ni preocupaciones. ¡Vamos!" - exclamó Vico con fuerza.

Así que se alinearon en la línea de salida, gatos y perros listos para comenzar la carrera. Delante de una multitud de otros animales, el silbido resonó y comenzaron a correr.

Vico era rápido, pero los gatos también eran muy ágiles. Enfrentaban obstáculos en el camino, saltando sobre bancas y esquivando árboles. De repente, Nelly, que había estado corriendo más despacio, se quedó rezagada y un poco triste.

"¡Vico! No puedo seguir el ritmo, ellos son demasiado rápidos…" - llamó Nelly, sintiendo que había decepcionado a su amigo.

Vico, al darse cuenta, paró y regresó donde ella estaba. "Nelly, no importa si no somos los más rápidos. ¡Lo importante es que estamos juntos!"

"Pero perderemos..." - dijo Nelly con un tono melancólico.

"¿Y qué? La verdadera aventura es hacer esto juntos. Así que, ¿estás lista para seguir?" - le preguntó Vico.

Con el ánimo de su amigo, Nelly decidió intentarlo nuevamente. Juntos, comenzaron a correr al ritmo que realmente podían manejar, disfrutando del momento. Mientras corrían, no se dieron cuenta que los gatos se habían distraído tratando de impresionar a los otros con trucos acrobáticos.

Al final, cuando cruzaron la línea de llegada, se dieron cuenta que habían llegado segundos. Pero en lugar de estar tristes, se abrazaron emocionados.

"¡Lo hicimos, Nelly! No ganamos, pero fue muy divertido. ¡Y aprendimos juntos!" - dijo Vico.

"Sí, es verdad. Lo mejor fue estar a tu lado y no dejarme abrumar por el miedo." - respondió Nelly, sonriendo.

Rocco y los otros gatos, al ver que los perros habían disfrutado tanto, se acercaron y dijeron: "No somos tan malos después de todo. ¿Nos enseñan a divertirnos como ustedes?"

Vico y Nelly hicieron nuevos amigos ese día. Juntos decidieron organizar juegos en el parque, donde perros y gatos podían divertirse juntos sin importar quién era más rápido.

De regreso a casa, Vico y Nelly estaban felices. Habían descubierto que la aventura no siempre se trata de ganar, sino de disfrutar cada momento y sobre todo, de compartir experiencias con amigos. Desde ese día, los animales de Alto Lima se unieron para vivir muchas otras aventuras.

Y así, en su pequeño mundo, Vico y Nelly aprendieron que lo más importante es ser valientes, cuidar unos de otros y nunca dejar que el miedo los detenga.

FIN.

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