La Aventura en el Bosque Mágico



Había una vez, en un pequeño pueblo, dos hermanitos llamados Christy y Cast. Eran inseparables, siempre corrían y jugaban juntos. Un día, escucharon a su abuela hablar sobre una flor mágica que crecía en un bosque lejano y que podía ayudar a todos los que se sintieran un poco caídos. Con el corazón lleno de esperanza, decidieron que tenían que encontrar esa flor para ayudar a su abuela y darle alegría.

"¡Vamos, Cast!", exclamó Christy con determinación.

"¡Sí, Christy! ¡No hay tiempo que perder!", respondió Cast, emocionado.

Los hermanos se adentraron en el bosque mágico, que era aún más hermoso de lo que habían imaginado. Las flores brillaban en mil colores y los árboles parecían susurrar secretos entre sí. Pero pronto se dieron cuenta de que no todo era perfecto.

Mientras caminaban, un denso manto de neblina comenzó a rodearlos.

"¿Dónde estamos?", preguntó Christy, un poco asustada.

"No lo sé, pero debemos seguir adelante", dijo Cast con valentía.

De repente, un ruido atronador resonó entre los árboles. Un enorme troll apareció delante de ellos, bloqueando su camino.

"No podrán pasar sin responder a mi acertijo", rugió el troll.

"¡Ay, no!", suspiró Christy.

"¿Qué pasa si no lo sabemos?", preguntó Cast, nervioso.

"Aquí va: ¿Qué es lo que siempre sube y nunca baja?", preguntó el troll con una sonrisa burlona.

Christy y Cast se miraron confundidos, pero Christy recordó algo que había aprendido en la escuela.

"¡La edad!", gritó.

El troll se quedó sorprendido, pero atendió:

"¡Correcto! ¡Pueden pasar!".

Los hermanitos se sintieron aliviados y siguieron adelante.

Sin embargo, a medida que avanzaban, la niebla se hacía más espesa, y de repente, se encontraron frente a una profunda caverna oscura. Cast temblaba un poco.

"¿Y si hay monstruos adentro?", tembló él.

"Debemos ser valientes, Cast. ¡Tal vez ahí esté la flor!", animó Christy.

Al entrar, una luz intensa brilló desde el fondo. Cautelosos, caminaron hacia ella y descubrieron a un bello unicornio.

"Hola, pequeños aventureros", dijo el unicornio suavemente. "He estado observándolos. Sienten la necesidad de ayudar a su abuela, ¿verdad?"

"Sí, por favor! Necesitamos esa flor mágica", respondió Cast.

"Entiendo. El camino hacia ella no es fácil. Hay desafíos por delante, pero también tengo un amigo que puede ayudarles", dijo el unicornio, mientras llamaba a su compañero.

Un espectacular dragón dorado apareció volando, llenando la caverna de luz.

"No se preocupen, yo los llevaré volando hasta la cima de la montaña donde crece la flor", prometió el dragón.

Christy y Cast se subieron a su espalda y, en un vuelo impresionante, atravesaron la caverna y llegaron a un esplendoroso jardín en la cima de la montaña. Allí, brillando bajo la luz del sol, estaba la flor mágica, una belleza deslumbrante.

"¡Lo logramos!", gritó Cast lleno de alegría.

"¡Gracias, amigo dragón!" dijo Christy y, mientras recogían la flor, el unicornio y el dragón les sonrieron.

Al regresar, el troll les dio la bienvenida.

"Ahora que tienen la flor, su abuela estará orgullosa de ustedes. Recuerden que siempre se puede encontrar mucha magia en su propia bondad".

Los hermanos tomaron un momento para agradecer a todos por la ayuda, aun si eran diferentes entre sí.

"Siempre estarán en nuestros corazones",contestaron juntos, los hermanitos.

Con la flor en mano, regresaron a casa y al llegar, no solo encontraron a su abuela sonriente, sino que también se dieron cuenta de que su aventura les había enseñado el valor de la valentía, la amistad y el poder de ayudar a los demás.

Y así, en el pequeño pueblo, la historia de Christy y Cast se convirtió en leyenda, recordándoles a todos que siempre hay magia en la bondad, y que juntos, pueden enfrentar cualquier desafío.

FIN.

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