La Aventura en el Castillo del Oso Guardián



Había una vez en el mundo de los juguetes un grupo de amigos muy especiales llamados los Amigos Arcoíris Lego.

Cada uno de ellos tenía un color diferente y juntos formaban un arcoíris que llenaba de alegría y diversión cualquier lugar al que fueran. Un día, los Amigos Arcoíris Lego decidieron jugar a las escondidas en el sótano del viejo castillo abandonado que estaba al otro lado del jardín.

A pesar de las advertencias del oso de peluche guardián, les pareció emocionante la idea de explorar un lugar tan misterioso y oscuro. Al entrar al sótano, todo estaba cubierto por una densa capa de polvo y telarañas.

El ambiente era frío y húmedo, pero los Amigos Arcoíris Lego no le tenían miedo a nada. Decidieron contar hasta cien para empezar a buscar al primero que se escondería. "Uno, dos, tres...

¡allá voy!", exclamó el Amigo Rojo mientras cerraba sus ojos y comenzaba a buscar por entre los rincones oscuros del sótano. Los demás amigos se dispersaron rápidamente buscando buenos lugares para esconderse. El tiempo pasaba y cada uno era encontrado por el Amigo Rojo, hasta que solo faltaba encontrar al Amigo Violeta.

El Amigo Violeta había encontrado un rincón detrás de unas cajas donde pensó que nadie lo descubriría. Sin embargo, cuando el Amigo Rojo se acercó a su escondite, escuchó unos ruidos extraños que lo hicieron detenerse.

"¿Quién está ahí?", preguntó asustado el Amigo Rojo. De repente, unas luces brillantes iluminaron el lugar revelando la figura del oso de peluche guardián parado frente a ellos con una expresión seria en su rostro.

"¡Amigos Arcoíris Lego! ¿Qué están haciendo aquí? Este lugar es peligroso", advirtió el oso con voz grave. Los amigos se miraron entre sí sintiendo un poco de temor por primera vez desde que habían llegado al sótano.

El Amigo Azul tomó coraje y le explicó al oso su intención inocente de divertirse jugando a las escondidas. El oso suspiró profundamente antes de hablar nuevamente: "Comprendo que querían divertirse, pero este castillo tiene historias sombrías y mejor sería regresar a jugar en lugares seguros".

Los Amigos Arcoíris Lego asintieron con tristeza sabiendo que habían cometido un error al no escuchar las advertencias previas. Salieron del sótano junto al oso quien les contó historias felices para animarlos en el camino hacia casa.

Desde ese día, los Amigos Arcoíris Lego aprendieron la importancia de escuchar consejos prudentes y valorar la seguridad sobre la emoción momentánea.

Siempre recordaban aquella aventura como una anécdota graciosa que fortaleció su amistad y les enseñó a cuidarse mutuamente en todas sus travesuras futuras. Y así continuaron viviendo muchas más aventuras coloridas y emocionantes juntos en su mundo lleno magia e imaginación.

FIN.

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