La aventura en el lago helado
ue lo separaba de la superficie. Martín y Sofía eran dos amigos inseparables que disfrutaban al máximo cada momento juntos. Aquella mañana, decidieron ir a patinar sobre el lago helado que estaba cerca de sus casas.
La emoción los invadía mientras se colocaban los patines y se lanzaban a la aventura sobre el hielo. Reían y jugaban sin parar, deslizándose con destreza por el resbaladizo suelo.
Pero de repente, un crujido escalofriante rompió la armonía del lugar. El hielo comenzó a agrietarse bajo los pies de Martín, quien cayó abruptamente dentro del agua fría. Sofía entró en pánico al ver a su amigo sumergido en el agua helada.
Sin pensarlo dos veces, buscó una rama larga para intentar rescatarlo desde la orilla, pero estaba fuera de su alcance. "¡Martín! ¡Mantente tranquilo! ¡Voy a buscarte ayuda!"- gritó Sofía angustiada mientras corría hacia el pueblo más cercano en busca de auxilio.
El tiempo parecía detenerse para Martín mientras luchaba por mantenerse a flote debajo del hielo. Sentía como si estuviera atrapado en un mundo oscuro y frío. Pero su determinación era más fuerte que nunca y sabía que no podía rendirse.
Mientras tanto, Sofía llegaba al pueblo buscando desesperadamente ayuda para salvar a su amigo. Encontró al señor González, un hombre amable y valiente que conocían todos en el lugar.
"Señor González, ¡por favor, necesito su ayuda! Martín cayó al lago y está atrapado bajo el hielo. No sé qué hacer"- dijo Sofía entre lágrimas. El señor González, sin dudarlo un segundo, agarró una pala y siguió a Sofía hasta el lugar del accidente.
Allí se encontraron con un grupo de vecinos preocupados que también habían sido alertados sobre la situación. "¡Tranquila, Sofía! Vamos a rescatar a Martín. Pero debemos actuar rápido" - aseguró el señor González mientras observaba la superficie helada.
Tomando aire profundamente, el señor González comenzó a golpear con fuerza la capa de hielo que separaba al niño del mundo exterior. Uno tras otro, los golpes resonaban en el silencio del invierno mientras todos esperaban ansiosos.
Finalmente, después de varios intentos agotadores, el hielo se rompió revelando a Martín luchando por mantenerse consciente debajo del agua helada. El señor González se arrojó rápidamente hacia él y lo arrastró fuera del agua gélida. Los vecinos rodearon a Martín y le dieron calor envolviéndolo en mantas.
Aunque estaba asustado y temblaba de frío, su rostro se iluminó al ver a Sofía junto a él. "Martín... ¡estás vivo!"- exclamó Sofía soltando un suspiro de alivio mientras le abrazaba fuertemente.
"Nunca dejaremos que nada malo te pase. "Martín sonrió débilmente y miró a su alrededor, agradecido por la ayuda y el apoyo de todos. Comprendió que la amistad verdadera siempre estaría ahí para sostenerlo en los momentos más difíciles.
A partir de ese día, Martín y Sofía aprendieron una gran lección sobre la importancia de cuidarse mutuamente y ser valientes frente a las adversidades.
Juntos, prometieron nunca dejar que el miedo les impidiera disfrutar de nuevas aventuras y seguir patinando sobre el hielo con precaución. Y así, mientras el sol se ponía sobre el lago helado, los dos amigos regresaron a casa tomados de la mano, listos para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
FIN.