La aventura en el planeta Rojito


Luca estaba emocionado porque por fin iba a salir a pasear con su papá. Habían planeado un día lleno de aventuras y diversión. Se prepararon bien abrigados, ya que el frío invierno había llegado a la ciudad.

Caminaron juntos por el parque, disfrutando del aire fresco y del canto de los pájaros.

De repente, Luca notó algo extraño: el cielo no era azul, ¡era rojo! Levantó la mirada y vio que el sol también era de color rojo. Se quedó perplejo. "Papá, ¿dónde estamos? ¿Por qué todo es rojo aquí?" -preguntó Luca con asombro.

Su papá sonrió y le explicó que estaban en un planeta muy especial llamado Rojito, donde todo era de ese color tan vibrante. Luca se sintió emocionado ante la idea de estar en un lugar tan diferente a la Tierra. Decidieron explorar juntos aquel extraño mundo. Caminaron por valles rojos, montañas rojizas y ríos carmesíes.

Descubrieron plantas con hojas escarlata y flores rubíes que brillaban bajo la luz del sol rojo. "¡Papá, esto es increíble! Nunca imaginé que existiera un lugar así" -exclamó Luca emocionado.

Su papá le explicó que cada planeta tiene sus propias maravillas y que es importante ser curioso y estar abierto a descubrir nuevas cosas en el universo. De repente, escucharon risas a lo lejos. Se acercaron sigilosamente y encontraron a unos pequeños marcianitos jugando felices entre las dunas rojas.

Los marcianitos tenían ojos brillantes y piel colorada como la lava. Luca se acercó con curiosidad y les preguntó si podían jugar juntos. Los marcianitos lo miraron sorprendidos al principio, pero luego asintieron con entusiasmo.

Jugaron carreras interplanetarias, saltaron por cráteres de volcanes inactivos e incluso construyeron castillos de arena roja.

Al final del día, cuando el sol comenzaba a ponerse en tonos anaranjados sobre el horizonte rojizo, Luca se despidió de sus nuevos amigos marcianitos con una sonrisa en el rostro. "Gracias papá por llevarme a este increíble viaje a Rojito. Aprendí que la diversidad en el universo es maravillosa" -dijo Luca mientras tomaba la mano de su padre para regresar a casa.

Y así terminó un día inolvidable en el misterioso planeta Rojito, donde Luca descubrió que la diferencia no hace menos especial a cada ser o lugar en el vasto cosmos.

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