La Aventura en el Río Ottawa


Rumba y Joaco estaban muy emocionados por su excursión al río Ottawa. Habían preparado todo lo necesario para pasar un día increíble en la naturaleza.

Llevaron sus mochilas con agua, comida y protector solar, además de su cámara para sacar fotos de los hermosos paisajes. Al llegar al río, se quitaron los zapatos y sintieron la frescura del agua en sus pies.

Rumba comenzó a nadar hacia el otro lado del río mientras Joaco exploraba las orillas buscando piedras interesantes. De repente, Joaco escuchó un fuerte chapoteo detrás de él.

Se dio vuelta y vio algo que nunca había visto antes: ¡un cocodrilo estaba saliendo del agua! El pequeño niño se asustó mucho y corrió hacia donde estaba Rumba gritándole:- ¡Rumba! ¡Un cocodrilo! Rumba no podía creer lo que veía. Nunca había visto un cocodrilo en persona antes. Pero sabía que tenía que mantener la calma para poder ayudar a su amigo.

- Tranquilo, Joaco - dijo Rumba - Vamos a buscar una forma segura de salir del agua. Los dos amigos comenzaron a caminar lentamente hacia la orilla contraria donde habían dejado sus cosas.

El cocodrilo estaba cada vez más cerca de ellos y parecía estar muy interesado en lo que estaban haciendo. - ¿Qué hacemos ahora? - preguntó Joaco temblando de miedo.

- Busquemos algo con qué ahuyentarlo - respondió Rumba mientras miraba a su alrededor buscando alguna herramienta o palo largo. Finalmente encontraron un palo lo suficientemente grande para ahuyentar al cocodrilo. Rumba se acercó lentamente al animal y comenzó a golpear el agua con el palo, haciendo ruido y tratando de asustarlo.

El cocodrilo pareció entender el mensaje de Rumba y nadó hacia la otra dirección. Los dos amigos suspiraron aliviados y rápidamente salieron del agua. - ¡Qué miedo! - exclamó Joaco mientras se secaba los pies - Nunca había visto algo así antes.

- Sí, fue una experiencia muy emocionante - dijo Rumba sonriendo. A partir de ese momento, los dos amigos aprendieron que siempre debían estar preparados para cualquier situación en la naturaleza.

También aprendieron a mantener la calma cuando las cosas se ponen difíciles y a trabajar juntos para encontrar soluciones creativas. La excursión terminó siendo una aventura inolvidable que fortaleció la amistad entre Rumba y Joaco.

Y aunque nunca olvidarán aquel encuentro con el cocodrilo en el río Ottawa, saben que están mejor preparados para enfrentar cualquier desafío en su próxima expedición.

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