La aventura en la biblioteca del ratoncito lector


Había una vez en un aula de una escuela muy especial, cuatro amigos inseparables: el libro, el cuaderno, el lápiz y el sacapuntas. Les encantaba vivir emocionantes aventuras juntos y aprender cosas nuevas cada día.

Un lunes por la mañana, mientras los niños estaban en recreo, el cuaderno dijo: "¡Chicos, chicos! ¿Qué les parece si hoy nos escapamos del aula y exploramos la biblioteca de la escuela? ¡Seguro encontraremos historias maravillosas por descubrir!".

El libro, siempre curioso, aceptó entusiasmado la propuesta. El lápiz y el sacapuntas no se quedaron atrás y decidieron unirse a la travesía. Así que, cuando nadie los estaba mirando, los cuatro amigos salieron sigilosamente del pupitre y se dirigieron hacia la biblioteca.

En su camino se encontraron con obstáculos como tinteros volcados y papeles regados por el suelo, pero lograron sortearlos trabajando en equipo. Al llegar a la biblioteca, quedaron maravillados ante tantos libros apilados en estanterías altísimas.

El libro exclamó: "¡Esto es increíble! ¡Hay tanto conocimiento esperando ser descubierto aquí dentro!". De repente, escucharon un ruido proveniente de una esquina oscura de la biblioteca. Era un ratoncito travieso que jugueteaba con un hilo de encuadernación.

El cuaderno se acercó amigablemente y le preguntó al ratón qué hacía allí. "Hola amigos -dijo el ratoncito- me llamo Roque y me encanta leer cuentos para dormir. Siempre vengo a la biblioteca en busca de nuevas historias".

Los cuatro amigos sonrieron al oír esto y decidieron ayudar a Roque a encontrar el cuento perfecto para esa noche. Juntos recorrieron los pasillos de la biblioteca buscando entre las páginas hasta dar con un hermoso relato sobre valentía y amistad.

Al finalizar la lectura, Roque les agradeció emocionado por haberlo acompañado en esa aventura literaria tan especial.

Los cuatro amigos se despidieron del ratón con alegría en sus corazones y regresaron al aula justo a tiempo para que los niños retomaran sus clases. Desde ese día, el libro, el cuaderno, el lápiz y el sacapuntas siguieron viviendo muchas más aventuras juntos; siempre listos para explorar nuevos mundos a través de las palabras escritas y fortaleciendo su amistad inquebrantable.

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